Así sentenciaba Colin Chapman la fórmula de las necesidades de un verdadero coche de competición. El ingeniero británico se hizo célebre por conseguir subir a la cima del Olimpo automovilista a su equipo de F1, el Team Lotus, con 7 Campeonatos Mundiales entre 1962 y 1978. Sin embargo, fue capaz de transmitir un legado mucho mayor a su ideario de soluciones técnicas como las suspensiones activas o el efecto suelo: Trasladar el concepto de Ultralightweight a los deportivos aptos para circular por vía pública.
Lotus Seven fue el nombre elegido para popularizar este vehículo Clubsport en el mercado. Un coche que permitiese rodar en circuito y volver rodando a casa con él. No se trataba ni mucho menos del primero que utilizaba esta filosofía, pero por su simpleza constructiva y sus grandes capacidades dinámicas, pronto se convirtió en un modelo exitoso.
Curiosamente, el factor más importante de éxito fue un aspecto económico. El coche no se suministraba montado, por lo que el propio cliente debía proceder a su montaje. La legislación británica gravaba la compra de vehículos mediante un impuesto de compra, incluso los kits que suministrasen instrucciones de montaje, pero… hecha la ley, hecha la trampa, ya que estos vehículos se suministraban únicamente con instrucciones de desmontaje.
La primera versión de este deportivo, incorporaba un motor de origen Ford de 1.2 litros y 41 cv de potencia, suficiente para impulsarlo hasta los 129 km/h con una aceleración desde parado a 60 millas por hora (unos 97 km/h) de 16.2 segundos. Nada de qué preocuparse, a principios de los 60 se había mejorado el motor junto a la aportación de Cosworth, y el conjunto era capaz de acelerar hasta la misma velocidad en unos 7 segundos, llegando a superar en algunas versiones como el Super Seven 1500 los 105 cv. Para un peso del conjunto de unos 500 kg, hablamos de unas relaciones peso/potencia de menos de 5 kg/cv en coches de hace más de 60 años.
En 1973, tras la cancelación del citado impuesto de compra, y el grabado del IVA para la compra de vehículos, Lotus Cars decide ceder sus derechos comerciales al fabricante Caterham, que hasta el día de hoy prosigue con su fabricación. Pero no finaliza aquí su historia, y es que existen multitud de fabricantes que venden versiones de Seven bajo el amparo de réplicas, obviamente mejoradas y puestas al día en materia dinámica, de seguridad, y en algunos casos de confort. En España existe la versión fabricada por Cobra Cars Spain disponiendo de incluso versión eléctrica.
A pesar de ser un modelo con más de medio siglo de vida, la legión de propietarios y seguidores con los que cuenta ha hecho que siga teniendo plena vigencia en cuanto a prestaciones, costes y sobre todo diversión. Es por ello que el legado de Colin Chapman permanece vivo, y no sólo en este modelo. Prueba de ello son, entre otros muchos, los ya extintos Opel Speedster, Smart Roadster y Coupé, o los actuales Lotus Elise o Ginetta G40.
Un coche para amantes del automóvil y de la conducción, sin duda. De estos vehículos que dice mucho de su propietario.
La sensación vivida en uno de estos coches tiene que ser alucinante, y ya no digamos con una de las versiones modernas más bestias, con motor V8, para la que es necesario ser un volantista con experiencia para poder exprimir al máximo sus capacidades
[…] cv para un peso del conjunto de entorno a 500 kg. Se tratan de cifras inferiores a los 2 kg/cv, una relación peso/potencia brutal, que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 3 s, y recorrer un cuarto de milla desde […]
Excelente artículo Alberto! Estos modelos están destinados al simple placer de la conducción, simple y llanamente, y por suerte yo puedo disfrutar de uno, y os aseguro que, aunque pueda parecer una locura invertir en un coche así, merece la pena!
Gracias por difundir la cultura de los Seven! 😉
Por cierto, ese Seven que aparece en la última foto me suena de algo…;)