En Freno Motor puedes sentir la velocidad prácticamente a diario. Superdeportivos increíbles, con aceleraciones imposibles, aparecen cada día acercándote las últimas novedades. Sin embargo, no hace falta irse a un coche de varios cientos de miles de euros para experimentar velocidades superiores a los 300 km/h.
Es más, hasta tienes en el mercado modelos mucho más económicos que te hacen disfrutar igual o más que éstos. Además, también existen las preparaciones que únicamente requieren algo de presupuesto, unas manos experimentadas y ganas de desarrollar algo con un par superior a muchos de los modelos más caros que pueden encontrarse en el mercado.
Estas preparaciones requieren, sobretodo, contar con las herramientas apropiadas y con alguien que sepa que se tiene entre manos, no vaya a ser que el resultado sea espectacular pero a la hora de la verdad falle más que una escopeta de feria. El vídeo que se muestra a continuación está incluido dentro de este grupo, posee una mecánica tradicional pero con una diferencia, está tan ‘vitaminado’ que desarrolla 1.000 CV de potencia.
La madre de este chico o está muy acostumbrada a la velocidad o confía mucho en su hijo
No sería noticia a no ser del vídeo que publicó mientras estaba a los mandos de su ‘bestia’ particular. Antes de comenzar a analizar toda la secuencia, es muy importante dividirlo en dos partes. En primer lugar, se le ve a él y a su novia en el intervalo [0:12, 0:46]. El resto de las imágenes se corresponden con los padre del protagonista.
Bueno, más bien, la protagonista debería ser la madre del chico que conduce y sino, ya lo pensarás cuando veas la reacción de la aceleración. Pero bien, vayamos por partes. La novia, si sigue siéndolo, lo pasa muy mal cuando se sienta en el lugar del copiloto a tenor de lo que se puede ver en algún que otro vídeo que esta persona tiene alojado en su cuenta de YouTube.
De la primera parte del vídeo únicamente habría que recoger el momento en el que la novia, de nombre Mona, sucumbe a la aceleración y termina expulsando lo comido hacía unas horas. Esta reacción involuntaria puede despejar cualquier duda, los 1.000 CV extraídos del Mercedes clásico se notan en cuanto se pisa a fondo el acelerador.
Sin duda alguna, lo más destacado está por llegar. Le llega el turno a los padres del mismo chico que conducía en la primera secuencia. No sé que pensar pero hay varias cosas que deben tratarse. Por un lado, la barra antivuelco que asoma no sé hasta qué punto debería estar ahí situada si hay personas que ocupan los asientos traseros. A decir verdad, cualquier frenazo podría terminar con la madre en el hospital y esto, en el mejor de los casos.
Dicho esto, pasemos a las reacciones. El padre parece no saber qué reacción mostrar. Parece casi petrificado y no se sabe si es por lo tranquilo que está, porque le ha dado un ataque al corazón o por qué. En cambio, atrás ocurre algo totalmente siniestro. Me parece a mí o…¡no lleva ni siquiera el cinturón de seguridad! Además, ¿ves como yo la nula expresividad de su cara al sentir una fuerza G fuera de lo normal? Es increíble como hay personas que pueden soportar estas situaciones sin apenas inmutarse.