El mundo del automóvil siempre ha estado repleto de inventos que han contribuido a que conducir nuestro coche sea una actividad más cómoda, segura e incluso divertida. Sin embargo, el camino hacía el progreso siempre ha estado lleno de dificultades, y muchas de estas ideas no han tenido éxito o bien no llegaron a prosperar por diversas causas (que normalmente siempre suele ser monetaria).
Pues bien, hoy quería presentaros uno de esos inventos que el futuro nos desvelará si se convierte en un elemento indispensable en los coches venideros o si, por el contrario, pasará al olvido. El aparato en cuestión se denomina Maksimatic Cup Holder, y pretende convertirse en el posavasos definitivo.
Su curioso nombre proviene precisamente de su creador, Maksim Ghyvoronsky, un joven inventor de 27 años afincado en Seattle, que defiende que con su creación ya no tendremos el inconveniente de que nuestra bebida pueda derramarse sobre nuestras piernas y que podamos sufrir un accidente debido a tal desagradable hecho. Pero antes de explicar cómo funciona, lo mejor será ver el vídeo subido por el propio Maksim donde podemos ver de qué trata el invento en cuestión.
Como habrás visto, se trata de un posavasos que repele los movimientos de inercia que sufrimos en el vehículo debido a acciones como acelerar, frenar o cambiar la dirección de la marcha. ¿Y cómo lo consigue? La bebida se mueve libremente gracias a una articulación que es capaz de inclinarse hasta un ángulo de 25 grados, en función de la fuerza generada por el coche.
Tengo que admitir que la idea en cuestión me ha parecido muy ingeniosa. Sin embargo, este invento también tiene sus inconvenientes. Al parecer, el dispositivo tiene que estar integrado en la consola central del coche, precisamente por donde pasa el túnel de la transmisión, lo cual supone que sería inviable para los vehículos dotados de freno de estacionamiento manual. Y por otra parte, y esto es visión personal, me da la impresión de que las carreteras por la que circula no deben estar tan bacheadas ni tener tantos badenes como las que pueblan nuestra geografía. En fin, es una lástima no poder comprobar el funcionamiento en vivo y sacar conclusiones mejores al respecto.
Por el momento, Maksim Ghyvoronsky se está enfrentando ahora al mayor y más común problema que sufren estos jóvenes inventores, y no es más que la falta de dinero para poder llevar la construcción de su idea en masa, por eso, se pueden hacer donaciones a la causa a través de la página web de IndieGogo. Sin embargo, a día de hoy sólo lleva recaudado 130 dólares de los 10.000 que necesita, por lo que mucho nos tememos que esta idea pasará a formar parte de la lista de inventos fracasados de la humanidad.
Puede ser que algún fabricante lo compre y lo integre en sus coches. Son muchos los coches que hoy día llevan los posavasos en la consola central.
Podría comprarlo una marca como Mercedes para ponerlo en sus gama alta, o justo lo contrario, una marca como Renault o Toyota para ponerlo en sus coches más pequeños y urbanos…