Aunque el verano es propicio a mostrarnos las típicas escenas playeras de cuerpos abrasados al sol, chiringuitos repletos de gente comiendo paella, alemanes trasegando cerveza en cantidades industriales, británicos haciendo balconing bajo los efectos del alcohol o gogós semidesnudas que se contorsionan encima de una tarima al ritmo de música discotequera, también hay otras imágenes como las que nos traen los realizadores del magazine Evo. En su búsqueda por encontrar la mejor carretera del mundo para conducir, han viajado hasta Mallorca para probar un Porsche Boxter GTS en la espectacular calzada que serpentea junto al mar en el cabo de Formentor.
El coche, el mejor aliado de Mallorca
Muchos de los turistas que acuden a Mallorca, prefieren la parte sur de la isla. Son visitantes que buscan sol y playa, y que optan por esas zonas en donde están garantizadas la juerga y el sol cerca del hotel o el apartamento. Pero para disfrutar de verdad de Mallorca, lo más recomendable es alquilarse un coche y recorrerla de cabo a rabo. Yo lo hice gracias a un evento organizado por un fabricante que quería que probáramos algunos de sus últimos modelos y pude disfrutar de experiencias de conducción inolvidables.
El Porsche Boxter GTS en el cabo de Formentor
En ese mismo viaje comprobé que Mallorca es una isla típicamente mediterránea, a la que llegó Ulises –según relata Homero en La Odisea– empujado por el viento de Tramontanta. En la parte norte de la isla, se encuentra el cabo de Formentor, una península rocosa de extraordinaria belleza, repleta de acantilados, que penetra en el mar formando la bahía de Pollença. Para llegar hasta allí y recorrer las angostas carreteras de la zona, Henry Catchpole, editor de Evo, ha pilotado un Porsche Boxter GTS de 330 cv. Una potencia más que considerable para disfrutar de 18 kilómetros de un trazado serpenteante, con curvas cerradísimas y rectas estrechas que permiten sacarle todo el partido a la caja de cambios PDK.
Se trata de un recorrido que obliga a ser muy precavido y prudente, considerando que no existen apenas arcenes, quitamiedos y escapatorias, con lo que un fallo de conducción puede terminar con una salida de vía y una caída por uno de los acantilados que jalonan aquella costa. Todo ello sin contar que es muy posible encontrarse con un ciclista o con un peatón que camina por la carretera en dirección al faro.
Si piensas irte unos días de vacaciones a Mallorca, te recomiendo que alquiles un coche –no necesariamente tiene que ser un Porsche– y que aproveches la primera hora del día, cuando el sol comienza a salir de su cobijo marítimo, para dirigirte hasta el cabo de Formentor. En ese preciso instante del día, poco después del amanecer, cuando las chicharras aún no cantan enloquecidas y el calor todavía no aprieta con saña, la carretera estará más tranquila y podrás disfrutar en todo su esplendor de un trazado divertido y emocionante (no hace falta más que ver la permanente sonrisa de Henry Catchpole). Y si las circunstancias no te permiten hacerlo, al menos espero que pases un buen rato con este vídeo.