Muchos de los que nos leéis y que vivís en climas realmente fríos, seguramente uséis neumáticos de invierno para las fechas más gélidas. Este tipo de neumáticos tiene un compuesto que es capaz de ofrecer muy buena respuesta cuando más frío hace, punto donde el clásico neumático de verano pierde toda su efectividad. Sin embargo plantean el problema de que en cuanto vuelve el calor se degradan muy rápidamente. Este es el motivo por el que quienes usan neumáticos de invierno solo lo hacen en un determinado periodo del año, y mantienen su juego de ruedas de verano para cuando vuelve el buen tiempo.
Michelin era consciente de este problema y han ideado la nueva familia de neumáticos CrossClimate. Su goma es de nueva factura y cuenta con un dibujo en forma de V, que a su vez se divide en láminas llamadas EverGrip, como las que usan los neumáticos de invierno para mejorar la tracción en nieve. Estas láminas recorren toda la banda de rodadura para estar presentes en toda la vida del neumático.
La banda de rodadura tiene un compuesto que nos ofrece un equilibrio perfecto para rendir al máximo tanto sobre nieve o baja temperatura, como en seco. Debajo de la banda de rodadura, otro compuesto es el encargado de disipar el calor hacia el interior, lo que hace que los neumáticos no se descompongan cuando sube la temperatura, como ocurre con los clásicos de invierno.
En cuanto a sus prestaciones, tienen una rumorosidad muy reducida, de tan solo 68 dB. Su capacidad de frenada en mojado es de clase A, que equivale a la misma que ofrece un buen neumático de verano, y muy superior a la de otros neumáticos híbridos o de invierno. Tiene una resistencia a la rodadura entre clase B y clase C. Su certificación en nieve es de 3PMSF, que equivale a la que obtienen las ruedas de invierno clásicas.
Michelin | CrossClimate