El centro de Londres está repleto de auténticos cochazos, propiedad de gente que llega cada día de puntos de todo el mundo para realizar todo tipo de transacciones y de paso, sacar sus ‘bestias’ a pasear por las calles donde están las boutiques más caras del mundo.
Así es el centro residencial más lujoso de Gran Bretaña y en Arabia Saudí esto lo saben. A menudo se pueden ver unidades con matrículas escritas en árabe, los petrodólares tienen un gran peso en la economía de estas zonas exclusivas. Eso sí, hay quien lleva todo esto un poco más lejos. Lejos de contentarse con modelos que muchos de nosotros no podremos poseer en la vida, los modifican con objetivo de darles un toque completamente personal.
El objetivo es, a fin de cuentas, la exclusividad. Esta palabra, para el sector más rico de la sociedad, es el aspecto diferencial que puede definir a una persona. Así pues, ¿qué hay más notorio que darle una capa de pintura bañada en oro a la mayor parte de modelos de tu colección? Esto es, precisamente, lo que ha hecho Turki bin Abdullah, un multimillonario saudí, él cual ha pasado las últimas semanas en la capital inglesa y ha sacado en varias ocasiones su flota a pasear.
Por qué bañar en oro los coches de tu colección
La excentricidad, puede ser así, se llega a apoderar de los más ricos en una gran cantidad de ocasiones. ¿Por qué ocurre esto? El otro día salió a la luz la historia de Humaid Albuqaish, otro rico saudí al que no le importaba que sus felinos le rayasen sus deportivos una y otra vez.
Este caso es más llamativo desde el punto de vista del automóvil. Gran parte de toda su flota de deportivos, berlinas y todoterrenos está pintada con una capa bañada en oro. ¿Alguien dijo alguna vez ostentación? En cada uno de sus desplazamientos, si no son de ida y vuelta en un par de días, se los lleva por algún motivo que se desconoce. ¿No sería mejor que se llevase tan solamente uno o dos? Cualquiera de nosotros estaríamos encantados de conducir tan solo uno de los que tiene en su colección.
Turki bin Abdullah se ha hecho particularmente famoso por algunos de los ejemplares de su garaje particular. Tiene de todo y para todos los gustos. ¿Deportivos? Lamborghini Aventador o Porsche 918 Spyder están entre sus adquisiciones. ¿Berlinas? Hay que destacar el gusto del rico saudí por la vanguardia e ingeniería británica, por lo que el Bentley Flying Spur y el Rolls-Royce Phantom son sus opciones preferidas aunque sin duda alguna, la exclusividad lleva nombre y apellidos; Mercedes Clase G 63 AMG 6×6.
El todoterreno es, quizás, la pieza diferencial de la colección. O sino, ¿cuántas unidades del todoterreno más brutal del mundo ofrecen una carrocería al estilo que la que pertenece al magnate del golfo pérsico?
Ahora bien, según se ha publicado en diversos medios, tiene un problema con el aparcamiento en Londres. No le gusta dar vueltas buscando un sitio libre por lo que prefiere dejarlo en cualquier lugar sin importarle las multas que le puedan imponer.