Comúnmente, el destino final de un coche, a no ser que se trate de una reliquia, suele ser el desguace. Sí que es verdad que, por algún motivo u otro, alguna de las piezas con mayor índice de revalorización han terminado en este ‘cementerio’ de chatarra pero no suele ser la tónica general.
Otra forma de dejar de ser útil en el mundo, hablando en términos automovilísticos, es terminar siendo abandonado en cualquier sitio. De esto, en Dubái saben bastante. Eso sí, ¿qué es lo que ocurre cuando no hay forma de lograr sacar un coche del lugar en el que se ha quedado tras sufrir un accidente? Lo más seguro es que se remolque pero, ¿y si hablásemos de los años cuarenta, cincuenta y sesenta del siglo pasado?
Toda una columna de coches abandonados fueron encontrados por unos exploradores mientras se encontraban recorriendo una cueva de Ceredigion, una localidad situada en Gales. ¿Cómo es posible que terminasen allí en una especie de lago y formando una fila vertical de unos cuantos metros? Gregory Rivolet, junto al resto de los excursionistas, decidieron adentrarse en una cueva con el fin de descubrir adónde conducía, dándose de bruces con esta colección de nadie.
Unos aventureros descubren unos cien coches apilados mientras recorrían una cueva
Desde el año 1836 hasta la década de los años sesenta del siglo XX una mina de la cual se extraía pizarra permaneció operativa.Tras la finalización de la vida útil de esta parte de la montaña, se decidió tapiar, dejando escondidos una centena de coches de todo tipo de marcas y segmentos. Tras más de cuarenta años de oscuridad, acaba de ser descubierta de nuevo por un grupo de aventureros. Según las informaciones ofrecidas por Gregory Rivolet, uno de los pertenecientes del grupo, se cree que podrían haber acabado ahí porque en el pasado había una carretera colindante muy estrecha, de la cual podrían haber caído todos esos vehículos en los casi treinta años que estuvo abierta.
Se piensa que, dada la peligrosidad de esa vía, sacar los vehículos del lugar en el que se encontraban podría ser muy peligroso también para el vehículo que los remolcaría. La decisión que se tomó fue dejarlos dentro de la estructura minera para la posteridad.
Sea como fuere, lo cierto es que no fue fácil llegar hasta el lugar. A medida que recorrían la cueva, el camino fue haciéndose más y más estrecho. Tras caminar y caminar, llegaron a la escena que se puede ver en las imágenes. Toda una pila de vehículos mezclados los unos con los otros, incluyéndose en el hallazgo los presentes que hay debajo del agua.
Sin duda alguna, este es uno de los descubrimientos más extraños que se recuerdan de los últimas años. Es cierto que últimamente se han descubierto auténticas colecciones de coches lujosos pero el estado en el que se encuentran y los motivos hacen de este caso uno de los más peculiares.
Por supuesto, los excursionistas jamás van a olvidar este curioso descubrimiento. No todos los días se puede uno encontrar más de cien coches ocultos dentro de una cueva en estas condiciones.