El drifting es esa modalidad de competición en la que ir rápido no es lo más importante. Saber cómo trazar las curvas y jugar con el freno de mano es vital para poder conseguir el efecto deseado. Eso sí, ¿qué ocurre si lo que se quiere es combinar la velocidad con el hecho de irse de lado?
Hace unos días ya se pudo comprobar como se materializaba un récord de velocidad. Se trataba de un Chrevrolet Covette Z06 muy especial, poseía un motor eléctrico en lugar del V8 tradicional. Consiguió alcanzar los 300 km/h, una marca más que respetable para esta energía alternativa pero, ¿podrías haber imaginado que el piloto hubiese tirado de freno de mano y hubiese contravolanteado?
Es difícil imaginarlo pero no para quien conducía estos días un Nissan GT-R hipervitaminado. El modelo que se puede ver en la imagen que encabeza el artículo no posee muchas semejanzas con el original. Si el que comercializa la firma japonesa ya te parece una locura, imagínate uno que eleva su potencia hasta los 1.380 CV. ¿Quieres conocer más datos y descubrir por qué ha entrado en el libro Guinness de los Records?
Récord al ser el coche más rápido en hacer drifting
Obviamente, un Nissan GT-R de esta estratosférica potencia puede superar de manera holgada los 300 km/h. Sin embargo, con el objetivo de evitar cualquier posible incidente, decidieron llevar a cabo el desafío nada más pasar los 300 km/h. Así pues, tras unos pocos segundos de aceleración, al llegar a la marca lograda, el piloto accionó la obligada palanca vertical que todo apreciado coche de drift debe poseer. De modo más concreto, a los 304 km/h se realizó la prueba.
Muchos eran los riesgos que se tomaron pero por fortuna todo salió tal y como estaba planeado. Masato Kawabata, un reconocido japonés del mundo del pilotaje de vehículos de tracción trasera, llevó al Nissan GT-R a la inscripción en el registro oficial de los récords.
Eso sí, para lograrlo tuvieron que realizar muchas modificaciones sobre el modelo de producción. En cuanto al peso, tuvieron que eliminar las plazas traseras para incorporar en su lugar unas barras antivuelto para reducir los daños de unas posibles vueltas de campana. En términos dinámicos, lo más importante era crear un tracción trasera para facilitar las maniobras al dar gas a la hora de enfilar una curva.
Entre otras de las principales modificaciones, un juego especial de llantas destinadas para su máximo rendimiento en el drift y un kit de potencia especial que envía toda la fuerza al eje trasero también otorgan lo necesario para el cumplimiento de las expectativas y consecución del récord a nivel mundial.
El resultado es espectacular y tal como se puede apreciar en las imágenes, no es nada sencillo para un piloto que no acostumbra a rodar a tan altas velocidades con varios grados de desviación lateral. Con esos 304 km/h, se acaba de superar un registro que estaba en manos del piloto Biala Podlaska en el Aeropuerto de Biala Podlaska, lugar en el que se logró alcanzar los 217,973 km/h.