¿A quién se le ocurre ir a comprar un peluche gigante con un Lamborghini Gallardo?

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Lamborghini Gallardo Teddy

¿Qué países se llevan la palma en relación a historias de lo más rocambolescas? Rusia es líder como no podría ser de otra manera pero China no se queda muy atrás en la lucha. Puede ser que en los medios de información del motor aparezcan con mayor frecuencia por la alta cantidad de conductores que hacen uso de las populares cámaras dash cam, ya sea por ser obligatorias o incorporadas de forma voluntaria como mecanismo de prueba ante un posible accidente pero lo cierto es que siempre suelen coincidir en contar con lo más estrafalario que uno puede encontrar.

Así pues, para no faltar a la cita hoy podría estar bien mostrar qué es lo que no hay que hacer cuando tienes pensado comprar algo que ocupe bastante. Puede ser, no lo sé, que de lo enamorado que estaría este poseedor del Lamborghini Gallardo verde no se percatase que no podría meter un peluche enorme dentro del coche como si de su acompañase se tratase. Puestos a especular, puede hasta que no cupiese él dentro del puesto del conductor con el muñeco dentro.

Así pues, ¿qué podría hacerse? Muy sencillo, entrar de nuevo a la tienda donde se compró el oso de peluche gigante y ver si tenían unas tiras de celo para poder acoplarlo en la parte superior del vehículo. En todo caso, podría haber llamado a Dan Bilzerian para que le dejase, desde Estados Unidos, su Mercedes Clase G 63 AMG 6×6, con ese no hubiese tenido ningún problema.

Lamborghini Gallardo Teddy 2

¿Qué ocurrió? Como no podría ser de otra forma, la densidad de población de cualquier ciudad media de China hace que haya una cantidad de policías considerable. En el trayecto del centro comercial hasta su domicilio, éstos se percataron del extraño volumen de la carga en la parte superior del ‘Lambo’ y decidieron, obviamente, pararlo. Dado lo curioso de la historia, varios transeúntes y conductores que pasaban por allí no pudieron evitar la realización de fotos y vídeos. Dichas instantáneas han acabado, de un modo u otro, invadiendo la red y viralizándose.

Finalmente, el conductor tuvo que ingeniárselas para meter el gigante oso de peluche dentro del habitáculo y probar ante la autoridad que no impedía la visibilidad ni perjudicaba en ningún caso la conducción. Así pues, al final pudo entregarle a su novia el peluche que tantos problemas le había ocasionado.

Puede ser que pese a todos los problemas sufridos, hasta que terminase de conquistar a su novia a través del regalo de semejante oso. Todo podría haber comenzado como el protagonista de este otro Lamborghini Gallardo, el cual ligaba sin decir ni una sola palabra, invitando a varias chicas a que se montasen en el superdeportivo.

Archivado en China, Lamborghini Gallardo, Multas
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