La gran mayorÃa de las versiones del icónico Testarossa no han conseguido subirse al carro de la revalorización de los vehÃculos clásicos. Algunos de los rivales de la época han conseguido más del millón de dólares en subastas mientras que el italiano de Ferrari no termina de cuajar.
Le tocó convivir en una época muy difÃcil puesto que fue fabricado a la par que dos grandes puntas de lanza de la compañÃa, primero con el Ferrari 288 GTO y después con el mÃtico F40. Asà pues, Ahora Garage Italia Customs, un preparador muy especial, ha querido rendir tributo a una unidad prácticamente única para ver si cambia la tendencia.
La versión es roadster y no por iniciativa de Ferrari. Ha sido otro preparador llamado Scuderia Baldini & Co el que ha logrado practicar una operación más que complicada, eliminar el techo de la estructura del deportivo para acompañar a otra unidad que sà que fue despojada de la cubierta en la fábrica de Maranello. Ahora Garage Italia Customs ha querido darle un toque un poco más especial.
La tonalidad escogida es Burberry y el Ferrari 512 TR es único
El preparador que se encargó de descapotar el deportivo querÃa darle un toque más personal por lo que recurrió a GIC para que lo vinilase de un modo peculiar. Una cenefa Burberry fue la elegida para problar todos y cada uno de los centÃmetros de la carrocerÃa.
El estampado es cuanto menos curioso. Quizás choca demasiado con el color rojo que la compañÃa nos tiene acostumbrados pero como todo en la vida todo es cuestión de habituarse. Ahora bien, sà que es verdad que al no ser una tonalidad de un color puro el conjunto del coche desentona con sus curvas.
Tal y como se puede observar en las imágenes que acompañan el artÃculo, el Ferrari solamente mantiene el color rojizo en los retrovisores, los cuales siguen manteniéndose fieles al estilo cautivador de este Testarossa.
Por supuesto, se sigue manteniendo el mismo bloque V12 de 4.9 litros y 428 CV de potencia, los cuales son suficientes para catapultar este modelo hasta los 100 km/h en tan solo 4,5 segundos y lograr alcanzar los 319 km/h en lÃnea recta. Estos datos corroboran que estamos ante uno de los automóviles más rápidos de la época, algo que deberÃa permitirle contar con una mejor apreciación.
Sà que es cierto que el Testarossa, en cada una de las versiones, está consiguiendo unos mejores puntos para los coleccionistas, sobretodo aquellos que adoran la compañÃa del Cavallino Rampante. No goza aún de un prestigio particular pero sà que está subiendo algún que otro escalafón si lo que uno busca es sacar algo de dinero en una inversión en vehÃculos clásicos.
A modo de detalle, la unidad modificada lleva la enseña del preparador que ha efectuado el vinilado del Testarossa. GIC sabe de la importancia que tiene el trabajo realizado de cara a futuros proyectos por lo que decidió, justo al lado del emblema de Pirinfarina, dejar marcado el logotipo que define a la compañÃa.
Esta unidad, pese a no llevar la firma de la ausencia de la capota de Ferrari, es prácticamente única por lo que podrÃa alcanzar un valor nada despreciable en alguna de las muchas subastas que incluyen lotes de vehÃculos.