Podemos estar hablando de las diferencias abismales que hay entre un Dacia Logan y un Porsche 911 pero en el tema de los robos podría decirse que el resultado puede ser el mismo; los ladrones pueden conseguir llevarse ambos. Las dificultades varían, por supuesto, pero si quieren harán todo lo que tengan en su mano para conseguirlo.
Así pues, es hora de contar, tras ver que casi cualquier coche no está completamente a salvo, qué es lo que ocurre con la versión GT3 protagonista de esta historia. Esta unidad, afincada en Suecia, fue robada durante los pasados 13 y 14 de mayo. Tal y como es lógico, te preguntarás… ¿Cómo puede ser que se haya producido durante 2 días algo que debería haber durado apenas unos minutos? Muy sencillo.
La historia no tiene desperdicio y puedes leerla un poco más abajo. ¿Creías que el dicho no iba a cumplirse?
El ladrón siempre vuelve a la escena del crimen
Todo comenzó cuando un post en Facebook detallaba el robo de una de las versiones más llamativas de la familia nueveonce. Un GT3 RS había desaparecido fruto de un robo producido durante el fin de semana. Ahora bien, la explicación de lo sucedido llamó tanto la atención que pronto se hizo viral.
Según se ha podido saber, el propietario del vehículo, la mañana del día 13 de mayo, se dio cuenta de que su flamante deportivo estaba aparcado en el lugar en el que lo había dejado el día anterior pero con una altura un tanto sospechosa. Tal y como suele suceder en este tipo de robos, el chasis descansaba sobre unos tablones de hormigón colocados durante la maniobra de los cacos.
Tras el lógico sofocón que se daría, decidió dejarlo estar, posponiendo la llamada a la grúa para ponerle un nuevo juego de neumáticos y comprar un nuevo equipo de llantas. ¿Puedes imaginar qué es lo que ocurrió justo un día después? Cuando fue de nuevo a mirar el estado del vehículo vio cómo había desaparecido.
Así es, los mismos ladrones habían vuelto de nuevo presuntamente para llevarse el coche al ver que nadie había ‘echado en falta’ las ruedas robadas la noche anterior. Ahora bien, ¿cómo conseguirían remolcar el coche? Lo más lógico es pensar que la banda llegó con una grúa porque la hipótesis de que instalasen el juego de ruedas y lo arrancasen quedó completamente descartado.
¡Quien iba a decirle que en apenas un fin de semana se quedaría sin su querido deportivo! Ahora solo queda que la compañía de seguros no le ponga muchas trabas a la hora de acordar el pago de la indemnización.