Seguro que os habéis dado cuenta que actualmente hay coupés de todo tipo, desde sedanes hasta SUV, pasando por las carrocerías de 3 puertas de toda la vida. La palabra coupé se ha convertido en un reclamo publicitario, en una simple palabra de marketing para otorgarle empaque y deportividad a un coche que realmente, no tiene nada que ver con un coupé tal y como lo hemos entendido siempre. Algo parecido a lo que ha ocurrido con la palabra premium, que se usa completamente a la ligera desde hace tiempo.
Esto en el fondo es culpa de Mercedes y su CLS lanzado en 2004, la primera generación del modelo que aunque bonita, no tenía nada que ver con un coupé muy a pesar de ser anunciado como ‘coupé de cuatro puertas’ ya que se trata de una auténtica contradicción. Un coupé, básicamente, tiene siempre dos puertas y toda carrocería que cuente con más, no es un coupé. Así de simple, pero vayamos más allá.
La palabra coupé como sabemos casi todos es francesa y significa ‘cortado’, lo que deja fuera de nuevo a un sedán o a un SUV. La palabra se comenzó a usar en la época en la que todavía se usaban carruajes tirados por caballos y el automóvil ni siquiera estaba imaginado, ni de lejos vamos. Se trataba de un coche con el chófer sentado a la intemperie en la parte delantera, mientras que los pasajeros se situaban en una carlinga de dos plazas y dos puertas siendo esta última, su mayor y más clara característica, las dos puertas.
Cuando llegó el automóvil, la palabra coupé se comenzó a usar para versiones derivadas de sedanes, pero que habían sido ‘cortados’ y presentaban una carrocería de dos puertas y de talante deportivo, independientemente del número de plazas. Es por tanto que la palabra coupé, está íntimamente ligada al coche deportivo y es un tipo de carrocería que ha siempre ha escrito mucha historia en el universo de los coches por eso mismo. Todo deportivo es básicamente, un coupé. El Porsche 911 es un coupé, el Ferrari 488 GTB es un coupé, un Aston Martin V8 Vantage es un coupé; todos los deportivos tienen una carrocería coupé aunque los italianos las llamen berlinettas, que por otra parte, resulta mucho más bonito y apetecible (al menos para quien esto escribe).
Existen dos tipos de coupé, ambos diferenciados por la caída de la luneta trasera y por el tercer volumen, el destinado al maletero. Tenemos el coupé fastback, con una caída muy acusada de la luneta trasera y un tercer volumen integrado en la línea de la carrocería, como bien puede ser el conocido Ford Mustang Fastback o el mismo Porsche 911 que hemos mencionado anteriormente y por otro lado, tenemos el coupé notchback, que podemos definir como un sedán de dos puertas, un BMW Serie 4 coupé por ejemplo, o el Peugeot 407 coupé.
Que la carrocería coupé se emplee normalmente en deportivos tiene su razón y es que al tener sólo dos puertas, la rigidez de la misma es más elevada y por tanto, su comportamiento en curva es mejor y su capacidad de asimilar potencia y elevadas velocidades también es más elevada. Además, por descontado, que suele ser una carrocería más bonita pero también, más pequeña y con capacidad de carga limitada.
Aun así, nos encontramos en un momento en el que cualquier coche puede ser un coupé, no importa si tiene dos, tres, cuatro o cinco puertas, si se trata de un SUV o de un familiar; lo único que cuenta al perecer, es la caída de la luneta trasera. Fijaros bien en los típicos sedanes catalogados como ‘coupé de cuatro puertas’. El Passat CC o simplemente CC como se llama desde la segunda generación, es un claro ejemplo de un sedán coupé, de hecho ‘CC’ significa ‘Comfort Coupé’ y su mayor característica es la caída de la luneta trasera, mucho más acusadas. O por ejemplo el BMW X6 acompañado del Mercedes GLC Coupé, ambos son SUV enormes, pero como la caída del techo atrás es muy marcada, en plan coupe fastback, nos encontramos con un SUV coupé, una aberración.
Otro de los casos donde la palabra coupé se emplea a la torera es la carrocería de tres puertas, aunque aquí podríamos hacer la vista gorda y aplicar el significado mismo de la palabra, ‘cortado’, aunque realmente se emplea como mero reclamo de marketing ya que esta palabra, al igual que ‘sport’ o ‘deportivo’, asegura ventas a tutiplen.
Por cierto, la RAE registra la palabra ‘cupé’ como válida, aunque nunca la usamos.