Aún no se ha dominado por completo aquello que comprende el transporte por carretera cuando ya se está buscando encontrar la fórmula para dar con el aéreo. Mucho se ha investigado y a decir verdad, ya hay algún que otro proyecto en marcha y con instancias de salir al mercado en los dos o tres próximos años. Hablar de transporte aéreo sin necesidad de contar con un helicóptero o un avión es sinónimo de hablar de Terrafugia, una compañía que lleva años investigando en este apartado.
Ahora bien, ¿y si una simple motocicleta fuera lo que se necesitase para echar a volar? Thomas Senkel, un físico entusiasmado con la posibilidad de alcanzar su objetivo, se puso a trabajar. Quería algo sencillo, dejando a un lado el diseño del producto y buscando lo práctico, poder volar a unos cuantos metros de altura con un scooter de más de 100 kilogramos de peso. ¿Cómo lo consiguió? Venimos de ver hace unos meses cómo volaba un hombre sobre su propio jet pack pero… ¡Sobre una bicicleta no!
Thomas Senkel consigue superar el volar con su Skydriver One
El sistema es mucho más sencillo de lo que uno podría imaginarse. No se ha tenido en cuenta ni pesos livianos, ni aerodinámicas mejoradas ni nada por el estilo. Tan solo ha tenido que acoplar un parapente para poder dirigirse de un lado para otro en el aire y una hélice para poder mantenerse en sus viajes aéreos.
De esta forma, dispone de un motor de tan solo 12 CV y un conjunto de baterías que tienen una autonomía que supera holgadamente los 100 kilómetros. Así pues, para echar el vuelo lo único que necesita es lograr la velocidad suficiente para poder impulsar el parapente que lleva acoplado en la parte trasera. Todo lo demás no guarda ningún misterio.
Una vez que ha conseguido despegar, el conductor, en este caso Thomas Senkel, tan solo necesita accionar el botón que enciende la hélice, imprescindible para poder mantenerse en las alturas. En caso de que no funcionase, la probabilidad de sufrir un accidente es baja. ¿Por qué? Tan solo se necesitan unos pocos km/h para dejar de sentir el suelo bajo los pies mientras que si se acaba la autonomía el parapente se puede regular para reducir considerablemente la caída al suelo.
El inventor está intentando buscar financiación para poder comercializar un producto inexistente por el momento. Disponer de una autonomía de 120 kilómetros y unos 30 minutos para su circulación por el aire son sus dos principales armas para lograr que los llamados business angels apuesten fuertemente por el negocio.
¿Tienes alguna duda respecto a la seguridad? Es importante recalcar que en el vídeo se puede apreciar como es el mismo Thomas Senkel quien graba las imágenes de su primer viaje en las alturas. Dicha prueba tuvo lugar en las Islas Canarias y quién mejor que él para probar la integridad de su innovación. Habrá que esperar, no obstante, unos meses más para saber algo más acerca de este ejemplo de emprendedurismo.