El curioso caso de Zoe Turner, la chica que salvó la vida gracias a su ajustado vestido

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Hospitalizada tras accidente

Hoy en día nadie duda que el avance en materia de seguridad que los coches de hoy en día han experimentado si los comparamos con sus abuelos ha sido espectacular. Cinturones de seguridad, airbags a diestro y siniestro, sistemas de protección del peatón, los sistemas de retención infantil, o los cortes de inyección tras colisión para evitar incendios son sólo leves ejemplos de la multitud de sistemas de seguridad activa y pasiva que cualquier vehículo actual equipa para salvaguardar la vida de sus ocupantes.

Sin embargo, particularmente tengo que admitir que por muy bien protegido que nos tenga nuestro coche, a veces existen factores fuera al alcance y la previsión humana que pueden resultar determinantes para salir vivos o muertos tras un grave accidente. Puede llamarse destino, o simplemente suerte, pero no puede negarse de que por una causa u otra, hemos visto gente sobrevivir a terribles accidentes que nos han llevado las manos a la cabeza. Y hoy me gustaría compartir con vosotros uno de estos casos que, por casualidades de la vida, tiene un trágico desarrollo, pero un final feliz.

Nuestra protagonista es una chica de 21 años llamada Zoe Turner. El 13 de diciembre Zoe decidió acompañar a su madre en la cena de navidad de su empresa llevando un atrevido y ajustado vestido de color rojo. Tras la cena, nuestra protagonista se reunió con unos amigos, y sobre las 3 de la madrugada tomaron un taxi para volver a casa. Zoe y el conductor del vehículo llevan puesto el cinturón de seguridad, pero los 3 amigos que van en los asientos traseros no lo llevan. ¿Qué ocurrió entonces? Pues que un camión hormigonera arrolló el taxi provocando un terrible accidente.

¿Qué pasó con Zoe, el taxista y sus amigos?

El conductor del vehículo atravesó el cristal del coche con la cabeza y los 3 amigos de Zoe quedaron inconscientes en el sillón de atrás. Todos estaban gravemente heridos, y los servicios de emergencias no tardaron en llegar. Zoe tenía la pelvis y una vértebra fracturadas, además del esternón roto. Cuando despertó estaba convencida de que todos sus amigos estaban muertos, no obstante el médico entró y le comunicó que sus compañeros, aunque graves, tenían muchas posibilidades de sobrevivir al accidente, cosa que finalmente hicieron.

Pero el doctor quiso informar de algo más a Zoe, algo que tenía que ver con su vestido; una prenda que había sido muy difícil retirarle. Y es que si Zoe no hubiera llevado un vestido tan sumamente prieto no hubiera sobrevivido al accidente. La explicación reside en que la compresión que ejercía el vestido mantuvo los huesos en su sitio durante el impacto, por lo que sin esta ayuda los huesos le hubieran acabado perforando sus órganos vitales.

Está claro que tras esta experiencia, Zoe podrá seguir teniendo dudas sobre que prenda ponerse a la hora de salir de su casa, pero siempre tendrá guardado en su armario una percha para su vestido favorito; el traje rojo que le salvó la vida.

Archivado en Accidentes, Anécdotas, Seguridad
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