Hay lugares en el mundo en los que se concentran los ricos para disfrutar de sus excentricidades y derroches continuos. El Principado de Mónaco es uno de esos espacios en los que pasar una estancia en hoteles de cinco estrellas puede salirle muy caro al cliente.
Allá van con sus deportivos y berlinas kilométricas repletas de lujo. Barrios como Kensington o Chelsea en Londres y la mayor parte de Dubái son ejemplos que muestran un estilo de vida repleto de lujo. Ahora bien, si uno se remonta al que tradicionalmente se ha sido conocido como el paraíso por antonomasia, Mónaco es la cúspide mundial.
El Principado posee varios puntos muy importantes y reconocidos principalmente por la celebración de la carrera de Formula 1, la cual tiene lugar todos los años. El túnel es una de las partes del trazado más bonitas y tanto la entrada como la salida tiene sus peculiaridades.
Al dueño del Lamborghini Aventador le saldrá cara la multa por exceso de velocidad
La salida del túnel siempre se ha llevado el mérito en Mónaco, sobretodo un fin de semana al año. Mucho se ha hablado ya de la reacción de los pilotos de F1 al tener que amoldarse al cambio de luz artificial y la natural que proporciona un día soleado. El resto del año, es la entrada al mismo lo que realmente aparece en miles de vídeos de aficionados al motor y sonido de los deportivos.
Mucha gente se agolpa día y noche en el acceso al túnel para ver el estruendo que los escapes producen. Siempre suele producirse de la misma manera, el automóvil se para, acelera fuerte con el embrague pisado o con punto muerto y después sale disparado al interior. ¿Por qué? Este es el punto en el que los vehículos, fuera de la legalidad, por supuesto, pueden coger una mayor velocidad al tratarse de una semirecta.
Ahora bien, la limitación de velocidad es de 50 km/h, es decir, la máxima fijada también en España en cualquier localización declarada como urbana. ¿Qué es lo que ocurre? Coches que alcanzan los 100 km/h en tan solo 3 segundos superan de manera muy amplia este límite, habiendo un radar en la parte superior del mismo que lo indica.
Tal y como se puede apreciar en las imágenes, el Lamborghini Aventador pronto deja atrás esa cifra de 50 km/h, mostrándose una vez más en un panel que seguro que se ilumina cientos de veces al día. Hasta aquí es la tónica general que ocurre en este espacio de poco más de 100 metros.
Lo que parecía una aceleración más de las muchas que habrá pegado la unidad en toda su vida, ésta será una de las que le van a salir más caras. ¿Por qué? Un Citroën C4 de la policía circulaba en el carril contiguo. En cuanto pasa el deportivo italiano, enciende los testigos y cambia el sentido para comenzar una persecución que uno no sabe como ha podido terminar. ¿Lograría escapar de la multa o tuvo finalmente que contribuir a las arcas públicas del Principado?