¿Acudir a una competición a un circuito para exprimir tu superdeportivo? Vívela sin la necesidad de pisar uno. ¿Respetar los límites de velocidad al disputarse en suelo público? Ya se pagarán las multas, es un trámite con el que ya cuentan los conductores y más aún a sabiendas de lo que tienen bien aprendido los agentes de la Benemérita.
Únicamente hay una explicación para explicar la existencia de esta prueba; el gasto desmesurado de los ricos propietarios de los mejores automóviles del mercado en fiestas, combustible y pagos a las arcas de los Estados por los que pasan para llegar a la línea de meta.
Apenas poco más de una semana del final de la edición de este año, se ha publicado el filtro por el que una persona tiene que pasar para conseguir entrar en una carrera en la que el fin último es pasarlo bien y el papel del ganador queda relegado a un segundo plano.
¿Cuál es el precio que hay que pagar para poder participar en la Gumball 3000?
No hay restricción a la hora de presentarse con un modelo de coche determinado. De hecho, han llegado a presentarse participantes que han disputado la prueba con un Fiat 500 antiguo o un Citroën 2CV.
Se paga por persona y ahí está el truco. En principio, la prueba, la cual dura un poco menos de un mes, ocupa una gran área geográfica, inlcuyendo la ruta diferentes países. De ahí que el conductor no suela decidir y prefiera pilotar al lado de un acompañante. Es por ello que el montante ascienda, de entrada, a unos 127.000 euros. Con ello, la exclusividad del evento está garantizada y la presencia de modelos emblemáticos repletos de pegatinas, también.
Además, si en vez de un único acompañante, el conductor está pensando en realizar la prueba con alguna persona más y lucir de esta manera su Rolls Royce Phamtom o su Bentley Mulsanne, deberá abonar unos 28.000 euros por ocupante adicional, calderilla para cualquier persona que compite en este evento.
63.500 euros por persona puede ser a priori, un precio muy exclusivo con el único afán de aprovecharse del tirón que esta prueba tiene entre los ricachones de turno. ¿No has participado aún en la Gumball 3000? ¿No eres suficientemente rico como para permitírtelo? Supongo que deben hacerse ese tipo de preguntas en las fiestas derrochadoras de glamour que a menudo organizan. Dentro del precio se incluye el acceso a todas las fiestas privadas y da derecho a dormir en todos los hoteles (de lujo, por supuesto) que están situados al finalizar cada etapa de la carrera.
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Es una delicia ver como se juntan algunas de las maravillas mejor valoradas y más prestigionas del sector del automóvil. Eso sí, saber que van a pasar por el carril izquierdo (o derecho) a toda velocidad en autopista sin importarles la presencia de radares en muchos tramos, hace pensar si es mejor informarse si el pelotón de supercoches pasará a la misma hora que tú o no para curarse en salud.
Cabe recordar que en una pasada edición, una imprudencia cometida por un Porsche 911 Turbo provocó la muerte de dos ancianos que viajaban en un Volkswagen Golf, motivo por el cual dejó de disputarse en este continente.
Está claro que aguantar una potencia superior a 400 CV es difícil, pero debería refundarse la idea de esta prueba hacia una ruta para disfrutar del paisaje hasta llegar a la siguiente parada en el camino, el circuito mítico más cercano y así poder soltar ahí toda la adrenalina acumulada.
