¿Qué tendrán los países del Este que tanta curiosidad nos despierta? En Freno Motor ya se pudo ver a un paragolpes de madera improvisado, una curiosa forma de repostar gasolina en Ucrania y una preparación épica que tenía a un Smart ForTwo como protagonista. Ahora, un garaje de lo más llamativo acaba de captar de nuevo nuestra atención.
Se trata de una empresa que tiene como meta modificar algunos de los modelos más lujosos del mundo, principalmente teniendo como clientes a propietarios del Mercedes Clase S, la berlina más premium de la marca de la estrella. No se trata de preparaciones con gustos un tanto extraños o incluso ‘macarrillas’, más bien se encargan de actualizar la imagen que han tenido las versiones sucesivas para adaptarlas a las carrocerías nuevas.
¿Qué podría haber detrás de una modificación que a fin de cuentas no debería ser importante? Es lógico que los modelos presenten restyles cada tres o cuatro años pero en términos de prestigio, quizás, en un entorno de tanta riqueza, tener un modelo de 10 años puede suponer de cara a los demás como una disminución de sus ingresos y de su nivel de vida. Este taller pretende, por tanto, disimular esto.
Un taller adapta la carrocería de un Mercedes Clase S antiguo en uno de actual generación
Obviamente, este trabajo conlleva una serie de dificultades dado el cambio producido entre las generaciones W221 y W222, la actual que comercializa la compañía alemana. Hay que tener en cuenta que las ópticas son de nuevo diseño, así como los paragolpes, la parrilla frontal o incluso la caída del techo.
A decir verdad, pese a que un modelo puede mantener apartados como la longitud, la anchura o la altura iguales tanto en el modelo original como en el restyle, lo cierto es que hay muchas partes de la carrocería que pueden haber sufrido variaciones. Este curioso taller se encarga precisamente de eso, eliminar cualquier tipo de prueba que haga a cualquier experto en la materia dudar de si se trata de una versión u otra.
El trabajo es muy personalizado por lo que el precio debe ir acorde con la preparación. Lógicamente, no tendría ningún sentido que fuese desorbitado puesto que ofrecen el servicio para ahorrarse la diferencia que habría al comprarse el modelo de última generación y vender el actual. No se ha filtrado ninguna cantidad de cuánto podría costar pero todo parece apuntar a que un número de cinco cifras sí que podría aparecer en la factura.
Ahora bien, antes de dar el número de cuenta o soltar unos cuantos billetes es importante recalcar que el cliente únicamente verá modificado el exterior de su vehículo. El interior seguirá delatando que se trata de una versión anterior a la que se comercializa actualmente. De esta forma, se podría saber a grandes rasgos si se trata de una versión W220 o una W221, por ejemplo. Elementos como la ‘kilométrica’ pantalla de infoentretenimiento como algunas de las últimas tecnologías aplicadas al modelo de 2015 no estarán presentes tras pasar por las instalaciones de este curioso taller de Ucrania.