Con casi total seguridad es probable que el nombre de Venturi no te suene de nada. Pero esta marca centrada en la producción de modelos eléctricos puede presumir de haber sido la creadora del automóvil impulsado por electricidad más rápido del planeta.
El Venturi VBB-3 es el protagonista de este récord mundial que acaba de ser conseguido en el lago salado de Bonneville, Estados Unidos, escenario perfecto para muchos de estos logros relacionados con la velocidad.
Lo que contemplas en imágenes podría parecer de todo menos un automóvil. De hecho por su estética está más cerca de asemejarse a un cohete que a un vehículo convencional. Pero el Venturi VBB-3 tiene cuatro ruedas y un volante, por lo que no nos equivocamos si decimos que es el coche eléctrico más rápido del mundo.
Varios años en busca del récord
Hace un tiempo ya te hablamos de la intención de Venturi de lograr el récord de velocidad en un coche eléctrico. Por entonces consiguió alcanzar la nada despreciable cifra de 386 km/h sobre este famoso lago, pero el reto conseguido estos días atrás supera con creces la anterior marca.
Pero en la marca han estado siempre convencidos de la enorme capacidad de su creación y la posibilidad de rodar a una velocidad muy superior. De hecho sólo la climatología ha impedido que el VBB-3 haya establecido el actual registro antes, ya que para alcanzar una velocidad tan alta son necesarias unas condiciones óptimas.
En concreto el Venturi VBB-3 ha sido capaz de lograr unos espectaculares 576 km/h sobre el lago de Bonneville. Increíble, ¿verdad? Pues con este registro pasa directamente a convertirse en el automóvil eléctrico más veloz sobre la tierra, y seguramente pasen varios años hasta que su marca sea de nuevo superada.
La brutal potencia del VBB-3
Para lograr esta hazaña, el Venturi VBB-3 tiene que recurrir a un brutal motor eléctrico capaz de ofrecer una potencia de 3.000 CV (2.200 kW). Con semejante rendimiento, los casi 12 metros de largo que mide este peculiar modelo están repletos de baterías y elementos mecánicos, dejando apenas el hueco justo para el piloto.
Por cierto Roger Schroer ha sido precisamente el encargado de establecer este nuevo récord mundial. Tras superar el reto, el piloto ha asegurado que no pudo disfrutar de las sensaciones de circular a una velocidad tan elevada debido a la enorme concentración que requería manejar el Venturi VBB-3. No es para menos cuando “vuelas” a casi 600 km/h.