La pasión por los coches no conoce fronteras, y donde hay preparadores, hay carreras. Estamos en contra de las carreras ilegales, pero eso no significa que no existan. Japón, es un claro ejemplo de este fenómeno tal y como Vice muestra en el video que os ofrecemos hoy.
Situadas muy al sur de la parte continental del Japón, las islas de Okinawa no han sido bendecidas con circuitos espectaculares como el Fuji Speedway o Suzuka (por nombrar solo dos de los más famosos de Japón). Según el vendedor de coches usados Eikichi Nagayoshi, la gente de Okinawa solo tiene dos opciones para divertirse: el alcohol o los coches.
La perspectiva que tenían de poder usar el aeródromo del ejército de los Estados Unidos para poder competir, se hizo añicos después de los atentados del 11 de septiembre. Ahora, estos corredores descargan su adrenalina durante la noche en las carreteras solitarias con poco tráfico.
Todo esto es algo arriesgado y los propios conductores admiten, que uno de sus compañeros falleció el año pasado durante una de estas carreras. Por otra parte, la policía mantiene una estrecha vigilancia sobre ellos, imponiéndoles cuantiosas multas e incluso incautando los vehículos que no tienen permiso para llevar esas modificaciones. Y es que, hablamos de coches de 1.000 cv, como Nissan Skyline GT-R, Toyota Supra y otros coches japoneses que seguro que muchos de ellos no son legales para circular por la calle.
Y desde Freno Motor, queremos lanzar una pregunta al aire, ¿No sería más seguro para todos que las autoridades reconocieran la necesidad que tienen esta clase de aficionados y facilitaran un recinto para poder correr y organizar eventos legales?