Cuando uno conoce que Ferrari tiene en mente fabricar uno de los deportivos más exclusivos del mundo sabe que la producción seguramente será limitada. Y cuando sucede algo así y por el mundo se reparten miles de personas con varios ceros en su cuenta corriente pueden pasar historias como la que hoy te traemos.
El deportivo en cuestión es el Ferrari LaFerrari Aperta, la variante descapotable del modelo italiano híbrido de 963 caballos de potencia. Y Preston Henn es el protagonista que pasará a la historia por haberle plantado cara a la todopoderosa firma italiana.
El origen de este revuelo lo encontramos en el anuncio de la fabricación de esta exclusiva joya de la automoción. Entonces, Ferrari desveló que apenas sacaría 70 unidades de su fábrica del impresionante LaFerrari Aperta. Aquel que quisiera disponer de un descapotable de semejante magnitud tendría que correr. Pero claro, Ferrari jamás entregaría un modelo de estas características al primero que se plante en la puerta de su concesionario.
El desencanto de un fiel a Ferrari
El octogenario Preston Henn, un rico empresario y ex piloto de carreras residente en Florida, Estados Unidos, creyó ser merecedor de contar con uno de los setenta LaFerrari Aperta en su garaje. Con toda su ilusión acudió a uno de los puntos de venta de la marca italiana para solicitar la correspondiente reserva del modelo. Pero la sorpresa vino cuando Ferrari le negó su petición.
Asombrado con la respuesta de Ferrari, ni corto ni perezoso Henn decidió interponer una demanda contra el fabricante de deportivos, según podemos leer en Motor1.com. Y lo cierto es que si uno bucea en la vida de este anciano duda de que la negativa de Ferrari sea lo más adecuado.
Ganador de las 24 Horas de Daytona de 1983 al volante de un Porsche 935, la relación de Henn con Ferrari viene de lejos. Entre sus adquisiciones se cuela una de las 30 unidades del Ferrari FXX de 800 CV que se salieron a la venta. Pero también puede presumir de disponer de un Ferrari F40, Ferrari F50, Ferrari Enzo y Ferrari 275 GTB Speciale, entre otros. Sin duda un cliente de lo más fiel a la marca. Ahora, lógicamente herido en su orgullo, ha optado por demandar a la que creía una firma con cierto aprecio por su persona.
Algunos rumores afirman incluso que Henn llegó a mandar un cheque de un millón de dólares a Sergio Marchionne, consejero delegado de Ferrari, que le fue devuelto inmediatamente. Estaremos pendientes de conocer cémo termina el enfrentamiento entre Henn y Ferrari. Lo que parece cierto es que nuestro protagonista tendrá que contemplar cómo otro ricachón conduce uno de los LaFerrari Aperta que creía destinado para él.