Hace unos años, las empresas se regían por tener una visión muy enfocada al ofrecimiento de un único producto y evitar el hecho de crear una gran gama para evitar la canibalización en ventas y mayores costes de estructura. Con el paso de los años esta política ha quedado obsoleta y cada vez más, las compañías buscan posicionarse en un número mayor de segmentos y sectores para fomentar la imagen de marca y restar beneficios a los competidores, es decir, una ocupación de mayores nichos de mercado.
En esta nueva forma de competir provoca que, en muchos casos, se tenga que renunciar a la visión que tiene la compañía, es decir, cómo se ve el futuro desde el interior de la empresa en relación al sector que ocupa. A modo de ejemplo, el fabricante Maserati, el cual siempre se ha caracterizado por la creación de coches con motores potentes de gasolina, sucumbió a la moda del diesel y ahora gran parte de sus beneficios parten del nuevo Ghibli con motor V6 3.0 de 275 CV. Por ello, las necesidades del público objetivo van cambiando y la meta es esa, la búsqueda de qué es lo que realmente quieren los clientes.
Actualmente y, desde hace ya un tiempo, el segmento SUV premium está de moda. Muchas marcas son las que han tenido que agregar a su línea de modelos este tipo de vehículo. Así, vemos los casos del Cayenne de Porsche, el futuro Urus de Lamborghini, y el más que probable Jaguar F-Pace.
Aunque Sergio Marchionni ha dejado claro su reticencia a la hora de introducir un modelo SUV con cualidades off road, bien es cierto que el mercado no entiende de lógicas y puede terminar pasándole factura a la marca esta decisión. Desde Theophilus Chin se han encargado de mostrar cómo sería un Ferrari FF modificado con apariencia de SUV premium.
¿Por qué se ha escogido el Ferrari FF?
Aunque todos los modelos presentes en el catálogo están a años luz de equipararse a cualquier SUV del mercado, el Ferrari FF podría ser el que menos alejado se sitúa ante un posible remozado. ¿Por qué? La tracción a las cuatro ruedas, así como la presencia de dos plazas traseras al ser un 2+2, le convierten en una alternativa un poco más sensata por decir algún aspecto positivo en esa situación improbable.
Por tamaño, también debería situarse como primera opción ya que sería más ‘sencillo’ instalar unas puertas traseras que facilitasen la entrada a los ocupantes de las plazas posteriores.
Como en el resto de SUV´s que hay en el mercado, el peso sería uno de los hándicaps si se compara con el modelo actual. Además, debería añadírsele un sistema de amortiguadores para subir unos centímetros el chasis y configurar aspectos dinámicos para adecuarse a las nuevas condiciones del terreno.
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No soy partidario de esta segmentación, no va acorde con la estrategia de algunas empresas pero hay que decir que en ocasiones llevar a cabo estas políticas ha salvado a muchas compañías. Uno de los casos más llamativos en el sector del automóvil es la creación del Porsche Cayenne. Hay que reconocer que si actualmente podemos disfrutar del 911 es gracias a este SUV, creado en 2002 y salvador de la quiebra de la firma de Stuttgart.
Además, dudo que el mismísimo Enzo Ferrari estuviese orgulloso de añadir a la oferta este modelo en un segmento de demanda creciente.
