Aunque ya fue presentado en sociedad en diciembre del año pasado, en este Mobile World Congress, Ford ha vuelto a traer a su vehículo experimental de conducción autónoma, un prototipo que funciona sobre la base del Ford Fusion que se vende en Estados Unidos.
Como decimos, se trata de un coche de investigación donde el fabricante seguirá haciendo todo tipo de pruebas para desarrollar la conducción autónoma, poniendo a prueba todos los sistemas de detección y las tecnologías de asistencia a la conducción. Además, será el coche sobre el que se pondrán soluciones a los problemas sociales, legislativos y tecnológicos que supondrá implantar la conducción autónoma a gran escala en la sociedad.
¿Qué son los LiDAR?
El Ford Fusion basa su funcionamiento en cuatro sensores infrarrojos de luz llamados LiDAR (Light Detection and Ranging), que se encargan de escanear todo el entorno para así detectar cualquier tipo de vehículo, peatones, animales, etc. Estos radares de luz generan un mapa tridimensional en tiempo real del entorno en un radio de 70 metros.
Es entonces cuando se realizan los cálculos de distancias entre el coche y el resto de objetos, a un ritmo de 2,5 millones de mediciones por segundo, que se dice pronto. Esto es posible gracias a la velocidad de la luz, lo que le permite ser mucho más efectivo que el clásico SONAR, que se basa en el mismo principio pero aplicado sobre ondas sonoras.
Como podemos ver en la foto superior, el coche lleva esta serie de antenas en el techo para poder tener una visión del entorno. Lógicamente al ser un prototipo no se tiene en cuenta la integración de estos elementos en el diseño del coche, y se dejan a plena vista para que los ingenieros puedan realizar ajustes o repararlos si se da el caso.
De hecho el coche prácticamente carece de maletero, pues está repleto de cajas y mecanismos electrónicos que se encargan de darle vida a este Ford que es capaz de conducir por si mismo.
En el vídeo a continuación podemos ver cómo el Ford Fusion era capaz de recrear todo el entorno del stand de Ford en el MWC en tiempo real, donde se veía la barrera que lo protegía de las manos del público y el movimiento de las personas por todo su alrededor.
¿Cómo funciona el coche de conducción autónoma de Ford?
Para convertir este proyecto en una realidad, Ford ha colaborado estrechamente con la universidad de Michigan y la compañía State Farm. Así, la universidad se encarga de desarrollar los sensores y todo el software del cerebro del coche. Es gracias a State Farm como Ford evalúa los riesgos y los beneficios de este tipo de conducción.
Lo que diferencia el sistema de Ford de otros coches que hemos visto antes que conducen solos es que es mucho más intuitivo y natural. Esto es gracias a algoritmos avanzados que pueden predecir las posiciones futuras de los elementos del entorno, por lo que el coche no se ve obligado a realizar correcciones aparentes en la dirección.
Incluso se está investigando en cómo dotar a este sistema de conducción autónoma de la capacidad de maniobrar en caso de que aparecieran obstáculos en mitad de la carretera. Desde luego vemos este sistema mucho más maduro y efectivo que el que nos mostró Audi en el CES 2014, como se puede apreciar en el siguiente vídeo.
Otra de las diferencias del sistema de Ford con el resto es que es capaz de desactivarse de inmediato, y permitir al conductor retomar el control del vehículo en todo momento, anulándose las funciones autónomas. Es algo que no es posible en otros sistemas, y que funcionaría del mismo modo que el control de velocidad de crucero, que se anula en cuanto aceleramos o frenamos para que retomemos el control.
Si lo comparamos con el sistema de conducción autónoma de Google, según la propia Ford, se comparten múltiples elementos del hardware debido a que la tecnología de pruebas es casi la misma; aunque luego variará en modelos de producción final. Pero lo que sí es radicalmente distinto es el software, ya que son dos desarrollos paralelos y los algoritmos de funcionamiento y reconocimiento entre ambos sistemas no tienen nada que ver.
Conclusiones
Hoy día ya tenemos sistemas autónomos de muy bajo nivel presentes en nuestros coches, como los sistemas de aparcamiento automático, reconocimiento de voz natural, frenada automática de emergencia, etc.
Pero desde luego que Ford tiene presente que la conducción autónoma puede traer muchísima seguridad a las carreteras, pero que aún hay muchas cuestiones y obstáculos para llevar esto a la realidad. Lo que sí queda claro es que llevar a cabo un proyecto de investigación de esta envergadura permite probar los límites de la autonomía total y determinar los límites reales para su despliegue.