El principal obstáculo a la hora de competir en un segmento como el de los superdeportivos es la concentración que hay en cuanto a marcas. Son fabricantes que poseen una extraordinaria historia y por tanto, tienen una capacidad atroz para emplear su know how en la creación de sus modelos actuales y futuros. Por tanto, puede decirse que es un mercado en el que para entrar y luchar, o se tiene un buen producto, o mejor invertir los recursos en otros proyectos. Para las marcas generalistas que no tiene presencia en este mercado, es muy difícil entrar de lleno en estos nichos. En cambio, sí que hay otros fabricantes que únicamente destinan todo su esfuerzo en conseguir un superdeportivo que deje huella.
Si nos pusiésemos en la piel de las empresas que no tienen tendencia a la fabricación de estos supercoches, podríamos centrarnos en Ford. El Mustang GT350R con sus cerca de 500 CV de potencia, podría resultar algo serio en términos de prestaciones pero no podría considerarse un claro ejemplo del mundo de los supercoches. Por ello y, basándose en el glorioso Ford GT40, se decidió desarrollar uno bajo los estándares de hoy día. Es ahora cuando ha surgido el nuevo Ford GT. Pero claro, en un mercado en el que los Ferrari, Lamborghini o Pagani se llevan una gran trozo de la tarta, ¿cómo creen que puede venderse el americano? La publicidad es clave para dar a conocer este increíble coche.
Campaña de publicidad del nuevo Ford GT
El lugar escogido para la realización de la campaña ha sido, como no, el centro de Londres. Es un lugar destacable para llevar a cabo una acción publicitaria de estas características. Todos sabemos la cantidad de coches de lujo que se ven a cualquier hora del día. Para dar visibilidad a un producto tan caro como el protagonista de esta campaña, es necesario posicionarlo en el lugar idóneo y éste, lo es.
¿En qué consiste? Se necesitan muy pocos recursos. Concretamente, el alquiler del espacio físico, el sueldo del entrevistador y una chapa de metal que cubra el logotipo de la marca. Con unos cuantos euros o libras ya que está rodado en una ciudad del Reino Unido, se consigue crear expectación y asombro entre los participantes. La acción es muy sencilla, a un grupo de personas se le hace únicamente una pregunta, la cual deben contestar bajo una percepción de la marca del coche. Obviamente, los principales nombres que surgen de la boca de los participantes son Lamborghini, Ferrari, Mclaren o Bugatti. ¿Por qué? Es completamente normal, el diseño se corresponde con los superdeportivos y, a su vez, éstos se relacionan inconscientemente con estas marcas.
Por ello, tras escuchar las respuestas que se iban dando, el personal de Ford retiraba la chapa que tapaba el logotipo. De aquí se pueden extraer dos conclusiones. Por un lado, los encuestados tenían conocimiento de cuales son los coches que predominan en el nicho y además, se sorprenden de que el automóvil que tienen delante sea un Ford.
Ciertamente esta empresa no se puede escandalizar por no conocerse el producto, no es su target. Sin embargo, lo grave del asunto es que en ciertas personas, tal es la sorpresa que no se creen que están ante un coche de esta marca. No sé si esto se puede tomar como algo positivo o negativo. Lo cierto es que Ford ha creado un digno rival para competir en igualdad de condiciones con los otros gigantes del segmento.
