Los americanos son amantes de hacer pruebas y carreras en línea recta. Prueba de ello son el montón de competiciones que tienen en tramos de línea recta, como el cuarto de milla, las carreras de drag, o los desiertos de sal.
Las pruebas de velocidad punta en zonas desérticas son bastante populares porque así cualquier preparador o aficionado puede batir récords de velocidad, pero el Honda Insight del vídeo parece que sólo se quedó en el intento.
Todo ocurrió hace unos días en una competición de velocidad en el lago El Mirage, en el sur de California. Su piloto, Brian Gillespie se propuso batir un récord de velocidad con su Honda Insight de primera generación, pero cuando ya había superado los 300 km/h algo fue mal y perdió el control del vehículo.
En un firme con tan poco agarre y a velocidades tan altas, nos podemos imaginar la tragedia. El coche inexplicablemente se cruza y el piloto pierde el control del vehículo, hasta que éste se puso de lado y las leyes físicas empezaron a hacer de las suyas. El coche se separa del suelo y comienza a dar violentas vueltas de campana, desde 309 km/h hasta que se para por sí mismo.
Lo que antes era un Honda Insight se convierte en un amasijo de hierros, pero que gracias a la jaula de seguridad, el piloto solo sufrió heridas leves. Las causas del siniestro se desconocen, pero sí sabemos que no era la primera vez que Gillespie se sometía a este tipo de pruebas. La SCTA (Southern California Timing Association), la organización del evento también comentó que en la tanda anterior se habían superado los 320 km/h, por lo que no sabemos hasta donde habría llegado el Insight esta vez.
Como podemos ver, en Estados Unidos hay hasta clubes de aficionados que llevan sus coches tuneados a recintos especiales para poner al límite la capacidad de sus máquinas. Por lo visto esta es una práctica tan común como aquellos que asisten a clubes de tiro donde practican con armas.