Puede sonar extraño referirme directamente a los motores con la afamada y laureada tecnología Variable Valve Timing and Lift Electronic Control, o simplemente VTEC, pero es casi imposible nombrarlo sin obviar que se trata de Honda. ¿Y por qué debería ser la referencia para un primer deportivo con el cual dejar fluir la adrenalina al volante?
Es promesa no inducirte a cometer locuras en la vía pública; vale, que es ilegal, no obstante representa un abanico de oportunidades para aprovechar al máximo un coche con sus singulares características de desempeño.
No importa la edad que tengas, seas joven iniciándote o un adulto con ganas de romper la rutina, existen razones válidas por las que disfrutar de un Honda puede resultar una aventura inolvidable; opiniones hay varias para un motor de cuatro cilindros en línea, así que por cada espacio para los pistones, una razón para comprarte algo que monte un VTEC bajo el capó:
Relación precio-prestaciones
Es verdad que existen deportivos más eficaces aún y no se puede negar, pero el culto que se le rinde a los VTEC es único e indescriptible principalmente por lo barato que resulta un deportivo con un motor capaz de ensordecer a la ciudad sin siquiera ser un Ferrari.
Si ejemplos me pides, el Kanjōzoku en Japón es el más conocido y divulgado; aunque se trate de una tradición de carreras ilegales por las carreteras niponas, quienes pueden testificar la eficiencia de un Honda Civic corriendo por la autopista cual bólido de Super Fórmula, son estos grupos.
Aftermarket ilimitado
Muchas veces no estás contento del todo con lo que viene de fábrica y es lógico querer modificarlo con tal de darle tu toque personal; no sólo existen opciones de carrocería, igualmente las piezas para mejorar el motor son abundantes y baratas dependiendo de las etapas de trabajo que pretendas realizar sobre lo último.
De lo sencillo a lo extremo, hay un trecho y para ir a lo extremo, quienes se llevan la palma son los carroceros: Rocket Bunny, Power House Amuse o J’s Racing; este último tiene en su haber el BodyKit más extremo y de uso legal para un S2000 como lo grafica el video más arriba.
Para un Track-day el domingo y comprar el pan el lunes
¿Te suena el término Cazabobos? Un VTEC describe perfectamente eso; puede ser funcional con un buen par motor a bajas revoluciones por minuto lo que hace de un Honda bastante práctico para ir del punto A al punto B y una vez que pisas el acelerador, la potencia que entrega a 9.000 vueltas por minuto le despega la piel de cordero a un lobo suelto por el asfalto.
Un fenómeno como este sólo se replica en motores como el 13B de Mazda, el RB26 de Nissan o el 2JZ de Toyota, todos parte del legado de japoneses clásicos de los noventa ¿No te parece divertido salir al circuito en lugar de subir algún acompañante a veces?
El dinero es lo de menos en tanto haya opciones
Desde luego que no he venido hablando sólo de los actuales modelos de Honda como el renacido Civic Type-R de 310 CV, que no todos tienen 30.000 euros en los bolsillos para desembolsar y meter uno en el garaje; las opciones son siempre aquellos clásicos como el Civic, el Integra o el Prelude, y si lleva como apellido Type-R (en los dos primeros casos) es aún más especial pues ya vienen de serie con el toque extra de deportividad.
¿No te gusta la tracción delantera y no quieres gastar en una conversión? La alternativa se reduce al S2000, ese convertible por el que Jeremy Clarkson recitaba odas en Top Gear y a día de hoy es relativamente económico encontrar uno en el mercado de ocasión -claro, con seis cifras en el odómetro- y de volver no será lo mismo.
El NSX es también de tracción trasera, no obstante, más caro y con seis cilindros (la excepción inevitable) pero tuvo la bendición de Ayrton Senna (quien fue dueño de uno) y Alex Zanardi, por tanto, si tienes los billetes contados, valdrá la pena hacerte de uno ¿No invertirías unos cuantos euros bajo el capó como lo fuera en este Honda Integra Type-R?
Ya se acercan las fiestas y nunca está demás darte un gusto. Después de leer esto, sabes qué hacer con el consejo ¿no?
