La necesidad de conocer cómo se comportará un coche en el futuro –sobre todo si el motor será suficientemente robusto y si aguantará cualquiera de las condiciones de uso que se puedan presentar– es uno de los grandes retos de la ingeniería moderna. Si antiguamente se conseguía una cierta seguridad realizando pruebas exhaustivas a base de hacer miles y miles de kilómetros, la premura con la que el mercado reclama novedades hoy en día han acortado mucho esos test de calidad. En muchos casos, los últimos controles de calidad los dejan en manos de los clientes pioneros, que quieren ser los primeros en poseer el nuevo modelo. En virtud de los errores y fallos que ellos reporten, los responsables de calidad de las marcas realizarán ajustes para prevenir que esas averías se vuelvan a repetir. Sin embargo, ningún fabricante quiere que cualquier componente vital pueda fallar a los pocos kilómetros. Y más si el defecto puede afectar a la seguridad. Por lo tanto intentan realizar la mayor cantidad de pruebas en las situaciones más extremas.
Un centro especializado en control de calidad en Nürburgring
Hoy nos enteramos de que Hyundai ha decidido dar un paso más en su apuesta por la calidad. Con la apertura en el mes de septiembre de un centro especializado en control de calidad en las inmediaciones del circuito de Nürburgring, la marca coreana quiere que sus niveles de acabado y calidades de fabricación sean percibidos al mismo nivel que el de los coches europeos. Y aunque muchos fabricantes utilizan las pruebas en el Infierno Verde como una herramienta de marketing, parece ser que Hyundai se lo ha tomado más en serio y ha decidido invertir la friolera de 6,6 millones de euros en un edificio de 3.600 metros cuadrados que se ha inaugurado hace unos días.
¿Cuál es la razón de este idilio entre el circuito alemán y la marca coreana? En palabras de Allan Rushforth, director regional de operaciones de Hyundai:
”Cada vuelta en esta desafiante pista ayuda a mejorar la calidad y el rendimiento de nuestros coches, en beneficio de nuestros clientes”.
Un test en condiciones extremas
Según han explicado los responsables de la marca, durante el año pasado Hyundai ha probado más de una veintena de vehículos diferentes, dando más de 4.000 vueltas a la pista, con lo que se estima que sus vehículos han realizado más de 83.000 kilómetros en las extremas condiciones de Nürburgring. Dadas las características constructivas del mítico circuito alemán, los expertos consideran que 83.000 kilómetros allí provocan un esfuerzo en los automóviles similar al de recorrer 1,4 millones de kilómetros en una carretera convencional.
El Nordschliefe de Nürburgring, denominado por Rudolf Caracciola como “la montaña rusa más complicada del mundo”, es un verdadero banco de pruebas de 21 kilómetros y 154 curvas, a cual más endiablada. Pero los brutales virajes no son los únicos elementos de la pista que pueden llegar a reventar una mecánica convencional: como si de un carrusel de feria se tratase, el circuito –construido en los años veinte– permanece prácticamente igual a su concepción original, con subidas del 17% y bajadas del 11%.
El motivo principal por el que Hyundai ha decido instalar su centro de control de calidad allí lo explica su gabinete de comunicación en una nota de prensa:
”El Test Acelerado de Durabilidad de Hyundai simula el ciclo de vida de un vehículo normal en pruebas que duran de cuatro a seis semanas, cubriendo 110 vueltas al exigente circuito por semana. Seis pilotos profesionales de pruebas lanzan repetidamente a cada vehículo muy cerca del límite”.
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Es evidente que Hyundai quiere dar un salto cualitativo en lo que a percepción de calidad se refiere. Y ha considerado que lo más conveniente es demostrarlo en el campo de juego que lleva años utilizándose en Europa: en Nürburgring.
Sin duda es una gran prueba de resistencia/dureza/seguridad, etc… en un lapso de tiempo muy breve (en comparación a la vida útil que puede llegar un coche). Me congratula que las marcas tomen conciencia de esto.
PD: Ya me gustaria ser uno de esos pilotos de pruebas, jeje.