Cierto es que los vehículos todoterreno son muy preciados en Oriente Próximo. Es más, es conocido por la sociedad afín al sector automovilístico que hay varias unidades del exclusivo Mercedes Clase G63 AMG 6×6 rodando por las calles y dunas de la zona próxima a Qatar. Las condiciones geográficas por la diversidad de superficies invitan a pensar que se desenvuelven a la perfección en cualquier situación.
A raíz del gusto por este tipo de automóviles, se ha celebrado un evento muy especial en Gran Bretaña, más concretamente en la casa de subastas Bonhams. Organizado con el objetivo de donar todo el beneficio a diversas ONG´s, se ha procedido a subastar una joya del mercado de los todoterrenos, la unidad 2.000.000 del mítico Land Rover Defender, uno de los vehículos off road más interesantes de toda la historia. ¿549.000 euros por una unidad de un modelo que no supera los 40.000 euros de serie? Es importante subrayar que no ha sufrido grandes cambios que ayuden a proporcionarle unas mejores aptitudes fuera del asfalto.
Se pagan 549.000 euros por el número 2.000.000 del Land Rover Defender
¿Cómo es posible que se haya pagado más por este que por, por ejemplo, un Ferrari FF o un Rolls-Royce Phantom equipado? Muy sencillo. La finalización de la producción inminente de un modelo icónico puede ser el factor clave que haya determinado dicho precio tan alto. A nivel mecánico no se ha llevado a cabo ningún trabajo especial por lo que únicamente se reconoce que estamos ante la unidad 2.000.000 por varios anagramas situados en diferentes lugares del conjunto del vehículo.
A modo de adición, es importante saber que este modelo cuenta con el respaldo de un equipo de ingenieros y personajes públicos de la talla del aventurero Bear Grills, los cuales han seguido, paso a paso, el diseño y producción de esta unidad en concreto. Unos cuantos recovecos harán recordar al qatarí que se ha hecho con esta unidad en especial, a destacar el que aparece en la parte trasera o el dibujo que hay en el guardabarros, una representación de la Bahía de Red Wharf, lugar en el que se diseñó el primer boceto de lo que se convirtió en un icono poco después.
Siempre ha sido un coche a medias entre lo pasional y lo funcional y precisamente lo primero es lo que ha cavado la tumba del todoterreno británico. Con unas emisiones inapropiadas para los tiempos que corren, es mucho más caro reinventarlo en la línea de producción para adaptarse por lo que a fin de cuentas, finalizar la producción era lo más sensato.
Lo recaudado se va a destinar a fines sociales en el Nepal y al cuidado de la biodiversidad de la fauna en el continente africano. Si el precio pagado es alto o bajo ya depende del juicio de cada uno pero lo que es cierto es que el comprador acaba de hacerse con una edición especial, muy especial. Dicho todoterreno salió de la fábrica del fabricante británico el pasado mes de mayo, por lo que se corresponde con una de las últimas producidas de uno, si no el mejor, de los vehículos off road con mayores historias a sus espaldas.