Maserati siempre ha sido una de las muchas marcas que sacaba a relucir de donde proceden y quién fabricaba sus motores. En este sentido siempre ha jugado a favor siendo sus motores fabricados por la marca italiana Ferrari, lo cual le daba una imagen más atractiva si cabe, de cara a los potenciales compradores.
Al igual que a Maserati, a la marca coreana SsangYong también le ayudó mucho a labrarse una gran reputación fuera de sus fronteras gracias a la inclusión de motores Mercedes-Benz -luciendo orgullosos en sus modelos pegatinas con el logo Engineered by Mercedes-Benz-, o a una de las marcas más mediáticas de los últimos años, Dacia, ser filial de Renault y utilizar sus motores más que probados y fiables ya que este es uno de los motivos que le hacen ser una de las marcas que más vende en nuestro país. Pero no solo SsangYong y Dacia utilizan o utilizaron motores procedentes de distintas marcas, también lo hizo en su momento Galloper con Mitsubishi o Rover con motores BMW.
Pero los tiempos y las condiciones cambian, debido a la alta demanda de los modelos Ghibli y Quattroporte los italianos de Maserati se han visto digamos, obligados, a encargar a Chrysler algunos bloques V6 gasolina para algunos de sus modelos. Maserati ha tenido que limitar la producción de sus modelos para mantener ese halo de exclusividad que aún mantiene la marca entre sus clientes, aunque bastante menos que años atrás antes de que fuese absorbida por el grupo Fiat-Chrysler, de ahí su colaboración en la fabricación de estos nuevos motores para sus vehículos.
Estos bloques serán fabricados íntegramente en Estados Unidos, concretamente en la planta que la marca Chrysler tiene en la ciudad de Detroit. Allí, ya se están fabricando los nuevos bloques de aluminio de los motores V6 de 3.0 litros que montaran sus nuevos vehículos aunque, eso sí, con la supervisión de ingenieros de Ferrari para asegurar unos estándares de calidad a los que ya nos tiene acostumbrados la marca de la corona en Europa.
Después, se enviarán a la central de Ferrari en Maranello para terminar con su montaje antes de instalarlos en los nuevos Ghibli y Quattroporte. Antes de que estos bloques fueran adjudicados a Chrysler, los alemanes Weber Automotive eran los encargados de moldear y mecanizar el resto de bloques V6 pero como estos no daban a basto, se pensó en que Chrysler los fabricara, aprovechando así la capacidad de socios.
Actualmente se están fabricando en la planta de Detroit unos 50 bloques por día, pero se espera que después de la última colaboración se aumente esta producción hasta los 80 bloques por día. El jefe global de producción y desarrollo de motores está convencido de que esta es una oportunidad única para Chrysler, la de estar trabajando junto a los italianos Maserati y Ferrari en la fabricación de unos motores de altas prestaciones asegurando una máxima calidad ya que no quieren que la imagen de sus socios en este acuerdo se vea afectada negativamente.
Muchos clientes de Maserati seguro preferirán decir que su coche lleva un motor fabricado por Ferrari antes que Chrysler, aunque también hay que decir que muchos de los compradores no conocen la procedencia de los motores que montan en sus coches, es un Maserati y punto.