Hay algunas marcas fabricantes de automóviles que poseen dos fuentes de producción, una dedicada a la fabricación de coches de calle y otra en la cual experimentan y prueban en circuito innovaciones que en la vía pública no podrían probar. El ejemplo más conocido es la línea F XX de Ferrari pero existen más. De hecho, la empresa que hoy es la protagonista del artículo siempre ha estado más dentro de la pista que fuera. Es decir, tradicionalmente, se ha encargado de producir modelos para circuito y estar presente en modalidades de la talla de la Formula 1 y en cambio, la producción para el público ha sido muy limitada. Sí, como muy bien habrás adivinado ya, estoy hablando de McLaren.
La empresa británica dio el pistoletazo de salida al mercado en 1992, año en el que comenzó la producción del F1. En estos 23 años que han pasado, todo lo que han creado se ha convertido en algo parecido al oro. El valor de cada una de las 100 unidades que se crearon de este triplaza se ha incrementado con el paso de los años, alcanzando precios desorbitados en las subastas. Pues bien, la segunda etapa de producción para modelos de calle, está gozando de un éxito entre los habituales de McLaren. El P1 es, contrariamente a su ‘padre’, un automóvil repleto de la más alta tecnología.
En su producción, se ha mantenido la misma estrategia que llevaron a cabo en la década de los noventa. Así, han creado una edición homologada para circular por la vía pública y otra, con mayores prestaciones, válida solo para su conducción en circuito, denominada en ambos casos GTR. Por tanto, ¿dónde está el problema de esta historia? Ha habido un conductor que ha hecho lo imposible por hacer posible la conducción del GTR fuera del circuito. ¿Qué puede desencadenar este acontecimiento? Te lo contamos.
Polémica de homologación de McLaren p1 GTR
La respuesta a esta homologación radica en la limitación de la potencia. Para ello, se ha recurrido a la empresa Lanzante Motorsport, la cual también se encarga de restaurar coches que parecen estar al final de su ciclo de vida. Simplemente, si con tu P1 GTR te apetece ir a dar una vuelta por el medio urbano, ya puedes. Pero, ¿incluir este tipo de modificaciones es positivo de cara al valor de la reventa? En principio no pero por ahí precisamente no van los tiros.
El modelo en cuestión se trata de una unidad de color azul que tiene su residencia en Gran Bretaña. Uno de los motivos por los que se cree que se ha podido realizar estas modificaciones es para gozar de un punto de exclusividad relacionado con ser el único GTR capaz de rodar por la calle. Esto, a la postre, podría significar una revalorización más grande de la que se puede esperar en cualquiera de los otros GTR.
Visto de este modo, no suena tan estridente. Las locuras que se producen a la hora de pujar en futuras subastas puede provocar que este mínimo detalle provoque que suba su cotización en alguna cifra que otra más.