No seré yo el que dude de las cualidades de una de las versiones más radicales del Mercedes Clase G pero no por ello no hay por qué tapar sus carencias, que las tiene. Antes de ello, sin embargo, vamos a hacer un pequeño repaso de cuáles son, a grandes rasgos, las principales características que lo diferentes del modelo ‘básico’.
La primera muestra de cuál puede ser su personalidad se ve al descubrir el modelo del cual precede, el Clase G AMG 6×6, el ‘casi’ monster truck de la familia Mercedes. Una configuración de la dirección y la tracción a las 4 ruedas dispuesta de forma más radical son otras de las ventajas de una edición limitada que ya está siendo objeto de especulación entre sus afortunados poseedores.
Vistas algunas pinceladas de lo que es capaz de hacer, ¿por qué no comentar su principal apuesta y, por qué no decirlo, debilidad? Su altura le ha jugado una mala pasada estos días a una unidad en el centro de Londres. Un Toyota Prius, en un cruce, ha logrado poner casi panza arriba un modelo que pesa en torno a las 2 toneladas y media.
La distancia al suelo como mejor y peor enemigo
El híbrido circulaba por una calle cuando, a la hora de llegar a un cruce, se topó con el gigante todoterreno. Pese a pisar a fondo el pedal de la izquierda, el conductor no pudo evitar el golpe en el lateral del Mercedes, provocando su vuelco. Y te preguntarás, ¿cómo es posible que la inercia haya provocado que un enorme vehículo haya terminado así?
Son puras leyes de la física. Del mismo modo que los SUV´s, una mayor distancia al suelo posee unas ventajas tales con una mayor visibilidad pero sí, también tiene sus inconvenientes. Este es, sin duda, el principal problema de disponer de un centro de gravedad tan alto.
Aún así, es importante destacar que no hubo que lamentar ningún herido pese a lo aparatosas que parecen ser las imágenes. El conductor de Uber, el Toyota Prius siniestrado, circulaba correctamente ya que tenía el semáforo en verde. Sin embargo, tal y como confirmaron varios testigos, el conductor del gigante alemán sí que pasó pese a tenerlo en rojo.
La pregunta que queda hacernos es, ¿lo tendrá a todo riesgo? Es cierto que una póliza así debe salirle cara al propietario pero sin ella tendrá que desembolsar ahora una cantidad enorme para subsanar el accidente que él mismo, aparentemente, causó.