Entre las muchas cosas que ofrece el mundo del automóvil, una de las más destacadas y deseadas, es el lujo. Además, el lujo en el automóvil se ofrece de diversas maneras, como pueden ser los deportivos con potencias en muchos casos desproporcionadas y prestaciones igual de desproporcionadas, vehículos muy específicos como por ejemplo los Tesla, que ofrecen los mejor que se puede encontrar en torno a la movilidad sostenible o el caso que nos ocupa, los más típicos y característicos sedanes de tres volúmenes con todo lo imaginable y más.
De entre todos los segmentos, es donde podemos encontrar más variedad, pudiendo optar al máximo lujo y distinción que el dinero pueda pagar, o bien, acceder a una alternativa con motores potentes, un habitáculo con muchos lujos pero sin excesos y un precio relativamente contenido al alcance de todos los mortales. Algo asi como una alternativa económica lujosa, si se puede decir eso de algo que pretende ser lujoso. El lujo siempre es caro, ¿no?
Si podemos optar a cosas lujosas, pero de precio accesible, ¿que es realmente el lujo y porque hay quien paga tanto por él? Vamos intentar desgranarlo viendo tres opciones de sedán de lujo, de tres niveles bien diferenciados y que nada tienen que ver entre sí. Podríamos haber elegido más representantes, con alguno intermedio, pero con estos tres podemos hacernos una idea.
Skoda Superb
El Skoda Superb es uno de los mejores ejemplos de alternativa económica lujosa, palabras que no casan a la perfección entre sí pero que describen al coche completamente. Es un modelo grande, con mucho espacio para los ocupantes, buenos acabados, materiales nobles como piel o madera, una imagen señorial y motores de hasta 260 cv del 3.6 V6 de la versión ‘Laurin & Clement’.
Así, de primeras, tiene todo lo necesario para ser un vehículo de lujo, pero realmente, nunca llegará a serlo del todo. Lo primero, la marca que firma el modelo es lo que se llama ‘generalista’, se centra en coche para el gran publico y ventas masivas. Por otro lado, tenemos la gama del modelo, con motores que empiezan en los 122 cv, potencia que nunca podrá tener un coche que pretenda entrar en la categoría premium y para terminar, los materiales no son lo mejor del mercado. son buenos, mucho, pero no son los mejores, por eso es una alternativa económica y no un miembro de pleno derecho del segmento de los coches de lujo.
Ojo, no digo que sea mal coche ni que no sea lujoso, digo que no es un coche de representación, sino un modelo muy capaz, de buenos acabados, motores potentes y una presencia distinguida.
Mercedes Clase S
No hay nada tan representativo como el Mercedes Clase S. Cuando alguien piensa en un Mercedes, la imagen que tienen en su cabeza es la de un Clase S. Es el último escalón antes de entrar en los coches de encargo, el máximo lujo fabricado en serie y creerme si digo que no le tiene nada que envidiar a los modelos fabricados bajo pedido.
La letra ‘S’ de su denominación viene de ‘Sonderklass’, ‘Clase Especial’ en alemán, algo que ya deja claro por donde van los tiros. Su tecnología es lo máximo que se puede ofrecer en un coche de producción, sus materiales son de tal calidad que solo un Rolls-Royce o modelos similares podrán ofrecer más refinamiento y su imagen es lo que todo el mundo imagina de una limusina. El Mercedes Clase S es un coche de auténtica representación, cuyos motores pueden llegar hasta los 630 cv y sus precios pueden alcanzar los 300.000 euros.
Es un coche para millonarios, es ‘el Mercedes’, y eso, es decir mucho.
Rolls-Royce Phantom
Pregúntale a alguien una marca de coches de lujo. Las primeras marcas que le vendrán a la cabeza, aunque no sepa absolutamente nada sobre motor, están aquí presentes. Una es Mercedes y la otra, Rolls-Royce, quienes representan la máxima opulencia.
Un Rolls-Royce, ya de por si lujoso, puede llegar a ser tan ostentoso como su propietario pueda permitirse, pues son coches que se fabrican por encargo, completamente a mano y siguiendo las peticiones de los clientes. No importa lo que quieras siempre que puedas pagarlo. Los materiales empleados son los mejores que puede pagar el dinero, la piel se cose a mano, la madera se trabaja artesanalmente y todos los sobrantes se guardan por si es necesario alguna reparación. Es, absolutamente, lo máximo.
Por norma general, un Rolls-Royce está diseñado para disfrutarse desde el asiento trasero, para contratar un chófer y que nos lleve de un lugar a otro con la suavidad de la seda. Para comprar un Rolls-Royce no solo hace falta dinero, hace falta muchísimo dinero y además, paciencia pues se tarda mucho en fabricar uno. Algo que no debería importarle a alguien capaz de desembolsar más de 400.000 euros por un coche. Seguro que tiene algún otro en el garaje que pueda usar mientras espera.