Todavía recuerdo que cuando comenzaron a aparecer los primeros superdeportivos con mecánicas híbridas muchos puristas de este mundo no tardaron en llevarse las manos a la cabeza y clamar al cielo en contra de tal solución. Hasta entonces, las mecánicas híbridas siempre se asociaban al objetivo de rebajar el consumo, y poco más.
Hoy en día es bien diferente, y poco a poco los fabricantes de esos vehículos con el que siempre soñamos están apostando por la hibridación como una alternativa excelente para aumentar la potencia de estos leviatanes del asfalto sin que ello tenga que repercutir en sus consumos, su nivel de contaminación, ni tampoco en su deportividad.
Pues bien, parece ser que el futuro de uno de estos superdeportivos más laureados tampoco se librará de recurrir a una mecánica híbrida para hacerlo todavía más rápido y temible. Hablamos del Nissan GT-R que llegará a los mercados en el año 2018.
Una mecánica que ya conocemos
El sistema híbrido que montará el futuro Nissan GT-R será muy similar al que ya emplea el Nissan GT-R LM Nismo, que a diferencia de sus rivales como el Audi R18 e-tron Quattro o el Toyota TS040 Hybrid, pretende alzarse con el trono de la próxima edición de las 24 horas de Le Mans empleando un polémico e innovador sistema de tracción a las ruedas delanteras que se combina con una tracción eléctrica pasiva a las cuatro ruedas que transmite motricidad a las mismas solamente en el caso de que sea necesario.
Este sistema eléctrico se encuentra asociado a un motor de combustión de gasolina V6 biturbo de 3.0 litros de cilindrada que desarrolla 550 CV, para alcanzar de forma conjunta una potencia de nada más y nada menos que 1.250 CV sobre el asfalto.
Capado hasta los 700 CV
Conocido ya que el futuro Nissan GT-R heredará este sistema de la alta competición no podemos dejar de hacernos la siguiente pregunta. ¿Por qué tendrá “sólo” 700 CV?
En primer lugar, hay que resaltar que el salto de potencia de este futuro GT-R frente al actual será bastante considerable (unos 150 CV) superando así a rivales como el Corvette Z06 y le acercará a la liga de grandes superdeportivos como el Lamborghini Aventador o el Pagani Huayra.
Por otra parte, recurrir a todo el potencial de dicha mecánica llevaría intrínseco una subida en los niveles de consumo y emisiones que le podrían pasar factura al fabricante nipón. Y además, sabiendo que la mecánica que adopte podrá dar muchísimo más de sí, será un vehículo perfecto para los más disparatados y locos preparadores que no dudarán en exprimir al máximo su potencial, eso sin contar la más que posible llegada de posteriores versiones más vitaminadas marca de la casa.