La última generación del Opel Astra fue presentada hace escasamente unos meses. Multitud de mejoras se esperaban para adecuar el modelo a los equipamientos que ya ofrecían muchos de los competidores del segmento C. Finalmente, se dio a conocer y más allá de todas estas actualizaciones, el principal problema que sufrían los modelos anteriores y toda la gama Opel en general es el excesivo peso del conjunto que tenían y tienen.
Así pues, los ingenieros de la firma germana han puesto manos a la obra y han conseguido, tomando como base el último restyling del compacto, reducir unos cuantos kilogramos en la báscula para el Astra. Lo han conseguido gracias al uso de de diferentes técnicas, las cuales las han empleado en varias partes del vehículo. En global, las reducciones de peso afectan a toda la gama, consiguiendo mejoras que van desde los 120 hasta los 200 kilogramos según versión y carrocería. Es importante destacar que desde la firma del rayo, se han centrado en numerosos componentes para arañar ese peso sobrante con tal de lanzar al mercado un automóvil más eficiente.
¿Dónde se producen las reducciones de peso?
El último modelo actualizado por la marca alemana ha pasado por el dietista. En un automóvil, el peso es fundamental para valorar las prestaciones, la seguridad, el consumo, etc. Obviamente, no se esperan las cualidades exactas que sí posee el Koenigsegg One:1 pero pudiendo, es aconsejable reducirlo. En este camino, se ha desprendido de esos kilos de más que le sobraban. Pero realmente, ¿en qué se han centrado para conseguir este descenso frente a la ‘temible’ báscula? Vamos a verlo desde una perspectiva aproximada.
77 kilogramos en la carrocería
50 kilogramos en diseño de componentes para el chasis
4,5 kilogramos en el sistema de escape
11,5 kilogramos en el juegos de ruedas
10 kilogramos en el sistema de frenos
10 kilogramos en los asientos
10 kilogramos en bloque motor y transmisiones
De esta forma, se puede comprobar cómo se ha firmado una declaración de guerra frente al peso desmesurado que tenía. Afortunadamente, han llegado a tiempo bajándolo considerablemente, situando el nuevo Opel Astra en números más aceptables en relación a su competencia. Tras ver donde se ha enfocado el proceso, se puede observar que el trabajo realizado sobre el coche se ha centrado en todo rincón en el que se podría realizar algún esfuerzo para aligerarlo.
Todo parece indicar que éste, es el primer modelo que incorporará tecnología con el objetivo de ponerlo a dieta. Este descenso servirá para mejorar la aceleración si se pisa el pedal derecho y el frenado si se pisa el central. Además, se notará de forma positiva a la hora de valorar los consumos del coche por una necesidad menor para conseguir la velocidad deseada.
Precisamente el peso era uno de los principales motivos por los que el Opel Astra sufría en comparativas con sus rivales alemanes, franceses o italianos. A partir de ahora, habrá que buscar nuevas excusas para menospreciar a uno de los automóviles que más ingresos aporta al grupo alemán. Aún así, el problema no ha acabado, puesto que con la inclusión de futuras innovaciones, podría volver a ser un lastre en este sentido.