Hace hoy 40 años, Opel mostraba su idea de coche compacto y seguro en la II Conferencia Técnica Internacional sobre la Seguridad Mejorada de Vehículos, celebrada en Londres en 1974. Los ingenieros tenian a su disposición un Kadett C para añadirle todo lo que se les ocurriera en materia de seguridad. El prototipo fue llamado como OSV 40 por las siglas en inglés que hacen referencia a Vehículo de Seguridad Opel y a la cifra en millas por hora que el coche estaba diseñado para resistir un impacto frontal.
El prototipo allanó el camino para el desarrollo de nuevas soluciones en materia de seguridad por parte de la marca. Para ponernos en situación, el mismo año que se expuso este prototipo en Alemania se realizó una campaña para concienciar acerca del uso del cinturón de seguridad en los conductores, y su uso pasó a ser obligatorio dos años después.
La espuma de poliuretano como solución para todo
Los abultados pasos de rueda con los que dotaron al OSV 40 no son fruto de la casualidad, sino que se rellenaron de espuma de poliuretano para la absorción de energía en caso de impacto. En el frontal, el mismo material se empleaba para que en caso de un golpe a menos de 8 km/h solo tenian como consecuencia pequeñas deformaciones.
Los ingenieros también llenaron de espuma de poliuretano las cavidades de los marcos de las puertas para aumentar la seguridad en caso de un golpe lateral. Además, se blindaron partes críticas del techo y los respaldos de las asientos se fijaron al techo y se permitía su ajuste mediante un sistema de raíles.
El interior del coche también se cubrió con espuma de poliuretano todas las superfícies con las que el ocupante pudiera colisionar. Todo ese equipamiento de seguridad extra suponía un sobrepeso importante pero aun así, el OSV 40 no superaba la tonelada.
Innovaciones también en el interior
La columna de dirección estaba construida con un ángulo adicional para mayor protección. El parabrisas, hecho con cristal laminado, se pegaba y sellaba a la carrocería para dotarla de un extra de rigidez e integridad al coche.
En la consola central se situaba un sistema de alertas diseñado por Hella con 11 funciones y mostraba diferentes posibles errores asociados al sistema de iluminación del vehículo. Cuatro luces en la parte trasera se iluminaban en caso de frenada de emergencia, a su vez que hacían de luces de peligro. Éstas se situaron en una posición elevada que hacía más fácil el ser vistas. El espejo retrovisor interior dividido eliminaba casi totalmente el ángulo muerto de visión.
Los asientos delanteros se diseñaron de tal forma que constituyeran una barrera con el compartimento trasero. Con los soportes laterales de los asientos y los reposacabezas prevenían que los ocupantes colisionaran entre sí en caso de impacto. Los cinturones de seguridad eran de 3 puntos, incluso los delanteros ya disponían de un sistema automático de retención.
Los crash test aprobados con nota
El OSV 40 consiguió todos los objetivos durante las pruebas de impacto. Tras un golpe a 65 km/h contra una superfície sólida, todas las puertas abrían con normalidad. La parte delantera absorbía tan bien la energía que tras el impacto se redujo en 50 centímetros.
Además del test frontal, el OSV 40 se sometió a otras pruebas muy exigentes, como la colisión frontal contra un poste a 50 km/h, un impacto trasero, uno lateral e incluso un ensayo de vuelco a 48 km/h.
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Esto no es más que la viva historia de cómo Opel hacía sus pinitos en materia de seguridad, que se sintetiza ahora en todos sus modelos de cara a evitar muertes en la carretera. El relevo generacional del Kadett actualmente es el Astra, y en el se pueden observar todos los avances que ha hecho la marca alemana con el fin de aumentar la seguridad y robustez de sus vehículos.
