Para los amantes de los compactos deportivos siempre existirá una época dorada que nunca volverá a repertirse: me refiero a la década de los 80. Porque esta época fue testigo de modelos como el Renault 5 GT Turbo, el Fiat Uno Turbo, o el Ford Fiesta XR2, por citar sólo algunos ejemplos.
Estos coches tienen hoy en día un gran número de seguidores, y las unidades que han caído en el olvido son objeto de deseo de muchos apasionados del motor que esperan adquirir alguno y darles una resurrección para que vuelvan a rugir en el asfalto.
Tal vez, a los más jóvenes, estos coches no les parezcan tan deportivos como sus admiradores hacen creer si atendemos a las potencias de sus motores. Es evidente que si nos basamos en las cifras, no son impresionantes; hablamos de coches con potencias que se mueven entre los 115 y los 150 CV, cifras que están hoy en día disponibles en cualquier compacto o berlina media.
Pero la potencia no lo es todo, y sus admiradores lo saben bien, porque la gran baza de estos vehículos se basa en dos pilares fundamentales: su bajo peso y la total ausencia de elementos electrónicos o asistentes a la hora de conducir, o lo que es lo mismo, la diversión que proporcionan a su conductor.
Mientras, en el otro bando tenemos a los defensores de los compactos picantes actuales: modelos supervitaminados que sobrepasan (a veces con creces) la cifra de los 200 CV, con un equipamiento digno de cualquier vehículo de gama superior, una estética agresiva, y que sobre el papel ofrecen unas prestaciones capaces de hacer pupa en los cuellos más sensibles.
Quienes se encuentran en este bando argumentan que, tras un periodo de sequía en el que los fabricantes se olvidaron de estos coches para centrarse en la eficiencia del consumo y la comodidad, estamos siendo testigos de una nueva época dorada igual o incluso mejor que la década de los 80. Ahí tenemos la guerra de compactos en Nürburgring, o que ya sea de obligado cumplimiento que los fabricantes cuenten en su catálogo con una versión vitaminada de su compacto más popular.
¿Pero están realmente esta nueva oleada de compactos vitaminados a la altura de sus predecesores? ¿Son dignos de que en el futuro los veamos como los culpables de una nueva edad de oro de los compactos deportivos? Pues bien, para salir de dudas los chicos de Car han querido poner frente a frente a dos modelos de Opel; dos generaciones separadas por 27 años que han dado como fruto dos formas distintas de entender la deportividad: por un lado, el Opel Kadett GSI, y por el otro, el Opel Corsa OPC. ¿Quién ganará?
Como habrás podido comprobar, la victoria del Corsa OPC es incontestable, pero para entender mejor las razones de las mismas es preciso hacer varias consideraciones comparando aspectos de ambos vehículos.
Por un lado, el Kadett GSI está equipado con un motor 2.0 atmosférico de 16 válvulas que rinde una potencia de 150 CV, lo que le permite alcanzar una velocidad punta de 212 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 7,6 segundos. Por otro, el Corsa OPC está equipado con un 1.6 SIDI Turbo de 207 CV de potencia; son 57 CV más que el Kadett, aunque el Corsa también pesa 271 kilos más. Sin embargo, el Corsa acelera de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos, casi un segundo menos que el Kadett.
Ahora bien, tenemos que decir que el Corsa también ha jugado con algo de ventaja en esta competición, ya que la unidad probada contaba con el equipo Performance Pack, que además de montar frenos Brembo de mayores dimensiones tiene una suspensión especialmente deportiva, un autoblocante mecánico y neumáticos Michelin de altas prestaciones.
De modo que tras esta comparativa llega el momento de que cada uno haga sus propias reflexiones. ¿Crees que los compactos deportivos actuales son dignos sucesores de los modelos idolatrados de los 80? ¿O crees que a pesar de que sean más rápidos jamás conseguirán transmitir la esencia deportiva de sus predecesores?
