El mercado de segunda mano se nutre en gran medida de vehículos procedentes de flotas de renting y alquiler. Este tipo de empresas flotistas han sostenido durante muchos meses de crisis los números de los fabricantes, asegurando un flujo de ventas constante. Sin embargo, al igual que sucede con los coches de kilómetro cero, las matriculaciones a nombre de una empresa de renting o de alquiler a corto plazo permiten a las marcas salir mejor retratadas en la fotografía sobre matriculaciones, pero difieren el problema del exceso de oferta para más adelante. Y el más adelante, está empezando a llegar.
Contratos de renting prorrogados por culpa de la crisis
Se estima que en los últimos meses el número de unidades de segunda mano procedentes de flotas han aumentado cerca de un 13%. Este aumento se debe en gran medida a que los usuarios de vehículos alquilados en régimen de renting prorrogaron sus contratos por más tiempo del inicialmente previsto. Muchos clientes que habían firmado por períodos de dos años, al ver que la situación económica no terminaba de remontar, decidieron alargar la duración de sus arrendamientos en lugar de estrenar un nuevo modelo (algo que no está muy bien visto hoy en día en las grandes empresas).
Coches con más kilómetros
El fenómeno descrito en el párrafo anterior ha provocado una particularidad en esos coches de ocasión que ahora salen a la venta: son automóviles más usados que antes, con mayor antigüedad y más kilómetros. El caso de los rent-a-car es paradigmático, ya que ahora están devolviendo los vehículos con muchos más kilómetros que antes. En el fondo este tipo de empresas están intentando maximizar la rentabilidad de su inversión exprimiendo al máximo cada coche.
Mientras que generalmente los vehículos de alquiler a corto plazo se suelen revender al fabricante, para que sea este el que los vuelva a colocar en su red de concesionarios o en subastas para profesionales de la compraventa, las grandes empresas de renting se encuentran con que tienen que darle salida a unos stocks mucho más abultados de lo que viene siendo habitual. Y el mejor modo de desprenderse rápidamente de unas unidades que se deprecian en las campas con inusitada rapidez es bajando los precios y realizando promociones.
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La repercusión sobre los precios debido a este exceso de oferta cifrado en un 13% es evidente. No obstante, es difícil cuantificar el porcentaje de bajada. En gran medida dependerá de la dificultad o facilidad que encuentren estas empresas flotistas a la hora de ir colocando sus coches a profesionales y particulares. Pero está claro que si estás pensando en comprarte un automóvil de segunda mano, tal vez te compense esperar un poco para ver si los precios realmente bajan.