El Viper es uno de esos deportivos americanos que todo el mundo conoce o desea. Actualmente se vende con un motor V10 atmosférico que rinde la friolera de 640 caballos. Dentro de Dodge hay un deportivo más extremo aún: el Challenger Hellcat, con 707 caballos.
Pero imaginemos ponerle un turbocargador a este monstruoso motor V10 del Viper, podríamos llegar a acercarnos hasta los 1000 caballos, y así lo afirman las fuentes. Estaríamos entonces ante el Viper más potente de la historia —de serie—, que sería capaz de plantarle cara a superdeportivos como el Ferrari LaFerrari o el McLaren P1, por una fracción de su precio y exclusividad.
Sin embargo, si nos volvemos algo más conservadores, podríamos pensar en que 800 caballos es una medida también muy respetable y más lógica, más considerando que así no habría que rediseñar el tren de transmisión por completo.
Recordemos que para cambios de potencia tan grandes, es necesario muchas mejoras a nivel de ingeniería, más allá de montar el motor sobre el chasis de siempre. El diferencial y la transmisión serían mucho más caros, haría falta una mejor refrigeración, y seguramente un chasis reforzado para aguantar con tantos caballos. Todo esto se traduciría en unos costes demasiado altos que no harían rentable una edición tan prestacional.
Por ejemplo, la caja de cambios del Viper puede soportar hasta 880 Nm, justo los que entrega el Hellcat —puesto que comparte caja de cambios con el Viper—. Una caja de cambios que pudiera soportar hasta 950 Nm sería realmente cara de implementar. Así que confiamos en que Dodge deje estos cambios más extremos para un futuro y se centre en hacer una versión ligeramente más prestacional del Viper, dejando el plato fuerte para una futura generación.