En apenas unas dos décadas, el fabricante sueco Koenigsegg se ha conseguido colar entre las marcas con mayor prestigio en el segmento de los hiperdeportivos. Con una tirada de apenas unas unidades al año, ha podido competir de tú a tú con empresas emblemáticas de la talla de Ferrari o Lamborghini.
No es casualidad debido a que este tipo de compañías como también podría ser Pagani, ofrecen un trato tan exclusivo o incluso más que las anteriores. Por ello, no es de extrañar que alcancen precios desorbitados en el mercado de segunda mano o en subastas.
Christian Von Koenigsegg, su fundados, registró la marca en el año 1994 y dos años después acabó su primer prototipo, del cual se puede observar un claro parecido en los rasgos de los diferentes modelos que ha producido desde entonces. Pero, ¿qué esconde este hiperdeportivo?
El primer modelo creado por Koenigsegg
Tuvo aparición por primera vez en un encuentro de velocidad organizado en el 1996. Para la ocasión, el creador e ingenieros de la compañía pidieron explícitamente la inclusión de un motor V8 de origen Audi de 4.2 litros que rendía una potencia máxima de alrededor de 300 CV, bastante lejos de los que ofrecía un mcLaren F1 de la época. Pese a ello, la increíble figura poseía un coeficiente aerodinámico muy bajo y el peso era relativamente bajo, lo que le permitía alcanzar velocidades altas con facilidad.
Se presentó con un sorprendente color marrón, no muy común para un deportivo de este nicho de mercado. Contrariamente a los rivales, este coche iba destinado, al igual que ha pasado con sus descendientes, a un público que diese una mayor relevancia a la elegancia en detrimento de la deportividad. Además, este primer prototipo incorporaba ya un detalle característico de cualquier otro Koenigsegg de hoy en día, las puertas con un mecanismo de apertura nunca visto antes en otro fabricante.
Otro de los detalles que han heredado los actuales modelos de la firma como el espectacular One:1 es el habitáculo en forma de cúpula. Esta característica forma tiene una función que le permite bajar la resistencia al aire y de paso apropiarse de un diseño único en el mercado.
Tras este espectacular prototipo llegaron unos cuantos superdeportivos, entre los que es imprescindible destacar los CC8S, CCR, CCXR, CCXR Edition, Agera R y el ya nombrado One:1. Es gracias al protagonista de esta historia que el fabricante sueco tenga un diseño propio que repite en cada modelo que saca, adaptándolo, eso sí, a las exigencias de un mercado tan peculiar como el de los deportivos más rápidos del mundo.
Pese a que la empresa parece haberse asentado en una posición destacada, este nicho de mercado es muy cruel. La innovación debe ir orientada principalmente a una mejora de las prestaciones y ello lo consiguen, principalmente en base a tres variables, un aumento de la potencia, una disminución del peso y un menor coeficiente de resistencia al aire. Con su último modelo, han conseguido ofrecer una escala de potencia y peso situados al mismo nivel, de ahí que las prestaciones se disparen. ¿Qué recorrido tiene a partir de aquí? En el futuro lo sabremos pero lo cierto es que los competidores deberían estar atentos a los próximos acontecimientos que se sucedan en Suecia.