El templo de los superdeportivos o, más bien, el de los hiperdeportivos, está dominado por cada vez más, por un mayor número de coches si contamos las marcas tradicionales y las menos reconocidas, las cuales se han centrado en la fabricación de únicamente uno o un par de modelos.
Hay numerosas marcas que podrían representar a este segundo grupo, Pagani Zenvo o la ilegible Koenigsegg son algunas de ellas.
Precisamente esta última empresa, cuya residencia está afincada en Suecia, ha creado el automóvil con mayor aceleración en el término 0-300-0 km/h de la historia. Para destronar el record que estaba presente firmado por otro miembro de la misma casa, han tenido que crear el Koenigsegg One:1.
Record de aceleración para el Koenigsegg One:1
Al comienzo del video, se puede ver como se hace referencia a la tenencia del anterior representante del título al coche con la mejor aceleración del mundo, el Agera R, desafío superado en el año 2011. Aproximadamente 4 años después, lo han vuelto a conseguir. En su momento, se estableció un registro de 21.19 segundos teniendo en cuenta también el tiempo de frenada.
Tras unos años de investigación y desarrollo de un modelo capaz de superar esos números, el pasado 8 de Junio se volvió a realizar otra prueba para ver si era posible batir la marca presente. ¿Lo han conseguido? Vaya que sí, reduciendo en unos 3 segundos lo satisfecho por el otro miembro de la familia.
Volviendo a la reproducción, se observa lo fácil que parece realizar donuts en un coche con tanta potencia. Una vez que el piloto encara el espectacular morro del sueco hacia la línea de salida, sincroniza el modo apropiado que modifica los parámetros del hiperdeportivo para catapultarlo en busca del record.
Justo un instante después de pisar el pedal del acelerador, la sensación de estar en un cohete se hace presente tirando al conductor hacia el respaldo de su asiento. Con una confianza total, pese a estar en un coche con una potencia de 1.360 CV bajo el capó y sacados del motor V8,** es capaz de soltar las manos del volante en pleno aumento de velocidad**. ¿Cómo surgió un nombre tan peculiar para un coche tan radical en prestaciones? Simplemente ha sido el resultado de la comparación entre el peso en vacío (1.360 kilogramos) y su potencia (1.260 CV). Así de sencillo, sin más complicaciones.
Una vez culminada la primera parte de la prueba, lo más importante es poder parar a la bestia enfurecida. Al pisar a fondo el pedal del freno, se produce la situación inversa. El cinturón de seguridad tira del pecho del conductor durante unos frioleros 6.03 segundos.
Haciéndonos una idea de la salvajada de la desaceleración, estaría bien comprobar cómo se comportaría el freno de Torricelli en una situación semejante a ésta.
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Tras comprobar las prestaciones que ofrecen coches como este, uno se puede llegar a preguntar, ¿Por qué la mayoría de los ricos se van a marcas tradicionales teniendo estos automóviles capaces de transmitir las mismas sensaciones y mejorar las marcas de los habituales? La exclusividad de una marca reconocida de cara al público es una variable difícil de ganar pero que, una vez conseguida una reputación, despierta el interés del resto.