Koenigsegg ha asistido este año al evento Sound of Engines, que se celebró en el circuito de Suzuka. Allí hicieron una exposición de todo su poderío ante algunos clientes potenciales, los cuales pudieron probar a qué sabe un One:1 como copilotos en el emblemático circuito japonés.
El piloto encargado de manejar a este superdeportivo era de la propia casa, un piloto probador de Koenigsegg: Robert Serwanski. No fueron a buscar tiempos; de hecho el piloto ni fue al límite, la configuración aerodinámica era muy conservadora y se usó gasolina normal. Aún así consiguieron el récord del circuito en coches de producción: 2:17:57, según su propio sistema de telemetría.
Tuvimos problemas con los frenos. Fue error nuestro, porque no cambiamos las pastillas de freno antes de traer el One:1 a Japón, y no trajimos un juego de reemplazo. Las frenadas tan fuertes devoran las pastillas, lo que influye a la hora de apurar las frenadas antes de entrar a las curvas. Aunque llevábamos dos personas en el coche en todas las vueltas, no es que fuera un factor determinante. Afecta a la dirección y frenos cuando vas al límite, pero no estábamos corriendo al límite.
Esto le saca casi un segundo al coche que tenía el récord hasta ahora en esta categoría: el Nissan GT-R. Si hubieran puesto todo su empeño en arañar los máximos segundos al cronómetro habrían usado etanol, no habrían subido dos personas al coche, y probablemente le habrían sacado unos cuantos segundos más a Godzilla.
Pero aunque el piloto no fuera a tope, en el vídeo se puede ver claramente lo monstruosamente rápido que es este coche, y cómo soplan los dos turbos que están pocos centímetros por detrás de la cámara. Es una máquina de devorar el asfalto. Probablemente el superdeportivo más rápido de la Tierra, no tan exclusivo como el LaFerrari o el McLaren P1, pero sí más exótico y rápido.