Si decidiésemos acudir a un museo automovilístico en el que se expusiesen modelos fabricados en los años del periodo de entre guerras, nos llevaríamos una auténtica sorpresa de cómo eran qué mecanismo producía el movimiento del eje motriz. En Freno Motor ya hemos tenido la ocasión de disfrutar de algún que otro más que clásico, como este Fiat S76 que volvía a la vida tras más de 100 años a la oscuridad.
Es un lujo poder descubrir de donde vienen los diseños tan futuristas que se han observado en las década posteriores al inicio de la expansión del sector. Es un privilegio vivir en la época actual, por supuesto, pero ver auténticos coches con cilindros que se pueden contar por decenas debería ser espectacular en la época. Por suerte, de vez en cuando surgen empresas dedicadas principalmente a recordar estos dulces tiempos donde la gasolina parecía no tener límites.
Una de estas empresas que surgió hace ya dos décadas fue Pur Sang. ¿Cuál es su misión? La creación de algunas de las maravillas que rodaron por los caminos en la década de los años 20 y 30 y todo ello, de manera tradicional, como antaño.
Pur Sang, empresa argentina fabricante de réplicas de los años 20 y 30
Este fabricante, cuyo capitán del barco es Leonidas Anadón, tiene una filosofía de producción muy clara. Su objetivo es la creación de modelos que sean lo más parecidos posibles a los originales. Actualmente, en su catálogo producen diferentes réplicas que habría que mirar con lupa para saber si realmente son o no una copia. No como estos ‘intentos’ del Bugatti Veyron. Precisamente Bugatti entra dentro de los planes de esta compañía familiar, ya que entre los modelos que efectúa, se encuentra el histórico Type 43 Grand Sport.
Todas las piezas son originales, creadas con todo el cariño por esta empresa argentina. Por ello, cuando se adquiere una unidad, eso sí, firmada por encargo, se sienten las mismas emociones que se producirían si se estuviese ante una unidad original fabricada en la primera mitad del siglo XX. Pero es más, todo el mecanismo está adaptado en la actualidad por lo que el nivel de seguridad es mucho mayor.
Estas réplicas casi perfectas cuadrarían en aquellas personas que no tienen un alto sentimiento por las piezas de coleccionista y que, sin embargo, adoran estos característicos automóviles. De esta forma, se puede disfrutar de un vehículo totalmente nuevo pero traído directamente de comienzos del siglo pasado. Es más, algunos modelos todavía presentan, y de hecho, así se encienden, con el antiguo sistema a base de polea.
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Gracias a este tipo de compañías, las cuales hacen un guiño a fabricantes de la talla de Alfa Romeo o Bugatti, se vuelve a despertar la esencia de los míticos coches que competían en circuitos al estilo de la Targa Florio. Es bueno echar un vistazo al pasado para ver el por qué del diseño tan característico que ofrecían, donde el piloto se sentaba en la parte más atrasada posible por la presencia del enorme motor en una posición más adelantada.