Stout Scarab, así es el padre de los monovolúmenes actuales

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Monovolumen antiguo

Muchas veces, cuando sigo viendo imágenes o escucho historias de cómo nuestros familiares viajaban por las carreteras de nuestro país, sigo incrédulo. Hoy en día sería impensable imaginar a una familiar viajando con seis miembros y media casa como equipaje en un vehículo que no sea un monovolumen de 7 plazas. La aparición de vehículos como el Renault Espace sembraron un precedente que muchas marcas acabaron imitando, perfeccionando e incluso mutando, tanto, que ahora prácticamente podemos encontrar vehículos de corte familiar en todos los segmentos.

¿Pero cuál fue el origen del concepto de monovolumen actual? Es cierto que la historia del automóvil está repleta de grandes y míticas furgonetas como la Volkswagen Transporte de la década de los 60 o la Dodge A100, por citar un par de ejemplos, pero si pensamos que dichos modelos fueron los predecesores del monovolumen estamos muy equivocados. Así que debemos viajar más al pasado si queremos buscar al primer vehículo diseñado para alojar a varios pasajeros, que goce de un interior modulable en función de las necesidades, y que además tenga espacio suficiente para el equipaje, lo cual nos remonta al año 1932, fecha en el que el mundo conoció al Stout Scarab.

Un vehículo totalmente innovador

Stout Scarab

De acuerdo, como buen amante del motor sabrás que tal vez deba haberme remontado más allá en el pasado y haberme decantado por el extravagante Alfa 40/60 HP diseñado por Castagna en 1914. Y en principio tengo que admitir que me parecía el vehículo perfecto para ser considerado el primer monovolumen de la historia, pero su carrocería de aluminio dificultaba mucho el proceso de producción. Además, el diseño abombado, el reducido tamaño de las ventanas y el enorme parabrisas panorámico, provocaba que durante la época estival, la temperatura en el interior fuera muy elevada.

Avanzamos pues hasta el año 1932 para encontrarnos con el Stout Scarab, un vehículo creado expresamente por el propietario de la marca, William Bushnell Stout, que sintiendo la imperiosa necesidad de disponer de una oficina rodante debido a sus frecuentes desplazamientos, encargó a John Tjaarda, un ingeniero de aviones, que diseñara un vehículo idóneo para cubrir tal necesidad.

Como su propio nombre indica, el Stout Scarab fue diseñado inspirándose en la forma de un escarabajo, pero su diseño con formas aerodinámicas no era lo más rompedor con lo visto hasta la fecha. Porque su motor V8 de origen Ford y 85 CV estaba ubicado en la parte trasera, así se ahorraba el árbol de transmisión y el espacio que éste quitaba al habitáculo, en vez de tener chasis y carrocería separados, el Scarab tenía estructura monocasco, y la suspensión era independiente en vez de las clásicas suspensiones de ejes rígidos y ballestas.

Pero sin duda alguna, una de las soluciones más novedosas del Stout Scarab se escondía en su interior ya que, como ocurre con los monovolúmenes actuales, sus asientos eran totalmente configurables; incluso disponía de un asiento que podía convertirse en mesita desplegable.

Ideal para la familia, la guerra, e incluso el circo

Stout Scarab

Sin embargo, toda esta innovación presentada por el Stout Scarab también acabó convirtiéndose en su principal enemigo, ya que los 5.000 dólares que había que desembolsar para su adquisición se podía considerar como una cifra desorbitada, por lo que sólo se llegaron a producir nueve unidades entre 1934 y 1939, muy lejos de las cien unidades anuales que se habían previsto.

Pero a pesar de su casi inexistente presencia comercial, uno de estos nueve Scarab ha conseguido alcanzar una gran fama en el mundo del automóvil al servir como vehículo de campo en el norte de África al general y futuro presidente de los EE.UU Dwight D. Eisenhower, que lo utilizó como puesto de mando durante la Segunda Guerra Mundial. Pero al acabar la guerra, el militar norteamericano regaló el espectacular vehículo a su amigo Charles de Gaulle, al que no le tuvo que hacer mucha gracia, y el Scarab acabó convirtiéndose en el vehículo destinado al transporte y alojamiento de monos de un circo ambulante.

Finalmente, este Scarab que estuvo en el frente fue rescatado del mundo del espectáculo ambulante por el diseñador francés Philippe Charbonneaux quien lo restauró para exhibirlo en su museo personal, hasta que más tarde sería adquirido por el norteamericano Larry Smith, presidente del Concurso de Elegancia Meadow Brook de Michigan.

De modo que el Stout Scarab puede ser considerado como el primer monovolumen de la historia. Porque si bien es cierto que su elevadísimo precio y lo avanzado de su planteamiento impidieron su éxito comercial, demostró que podía ser un monovolumen totalmente funcional, tanto que décadas más tarde ha servido de inspiración para la creación y diseño de los modernos monovolúmenes.

Archivado en Clásicos, Históricos, Monovolúmenes
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