En Freno Motor nos encanta la potencia. Sabemos que no lo es todo a la hora de hacer una valoración de un vehículo, tal y como se puede ver en las nominaciones al mejor coche del año que viene. Sin embargo, creemos en el olor a rueda quemada y, por supuesto, en el estruendo de los motores V8, aunque somos conscientes de los estragos que está haciendo el downsizing.
El mundo del automóvil está viviendo un momento de cierta incertidumbre. Mientras que hay marcas que siguen apostando por fabricar motores de gran cilindrada, hay otras que están adaptándose a las nuevas necesidades del mercado. En cierto modo es algo positivo para los amantes de este sector apasionante. Así, podemos seguir disfrutando de la potencia a la vez que se contemplan nuevos horizontes que marcarán la senda de lo que está por llegar los próximos años.
Hoy es un buen día para disfrutar de un vídeo que hará las delicias de aquellos que disfrutan con la potencia americana de un motor V8 HEMI. Así que os invito a que contempléis este vídeo. Dado que no sois conformistas, en vez de un Dodge Challenger SRT Hellcat, aparecen tres ‘bestias’ para que sea el triple de emocionante.
Tres Dodge Challenger SRT Hellcat
Es una reproducción hecha a conciencia, una especie de cortometraje que está pensado para vivir y sentir lo que ofrece un muscle car. Y no es para menos, a día de hoy podría decirse que, junto al Chevrolet Camaro, son los dos máximos representantes de este nicho de mercado tan difícil de entrar por el pasado que tiene. Podría haberse incluido el Ford Mustang en este selecto grupo pero lo cierto es que no termina de gustar algún que otro dato curioso.
Las imágenes, publicadas el pasado 31 de julio, muestran a tres unidades del Dodge Challenger saliendo de una especie de establo desde donde ya aparecen en escena quemando rueda. A decir verdad, hay que tener sangre fría para pisar a fondo una versión con tanta potencia y no tener miedo a que se vaya de lado y es que, estamos hablando de un motor V8 de 6.2l supercharged que genera 707 CV de potencia y todo ello, transmitiéndose al eje trasero.
Tras soltar la adrenalina contenida a través de una serie de derrapes, los tres ‘monstruos’ terminan enjaulándose de nuevo en el mismo lugar del que partieron. Eso sí, tras de sí dejaron un cúmulo de marcas a modo de recuerdo. Además, les dio tiempo para parar y conjuntamente, derrapar en parado para delicia de todos nosotros.
En cuanto a prestaciones, nada más y nada menos que 3.6 segundos son los que necesita para alcanzar los 100 km/h. Obviamente no es un coche de circuito, en curvas sufre un poco respecto a posibles rivales alemanes o japoneses. Es por ello que su terreno natural son las carreras de aceleración o drag races.
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Es un coche perfecto para disfrutarlo en su país de origen, Estados Unidos, donde el precio del combustibles está muy por debajo de lo que ocurre en Europa. Pese a su diseño innovador, continúa teniendo esa esencia que caracteriza al modelo que apareció en la década de los setenta. El diseño sigue siendo continuista, la marcada línea que lo caracteriza como un muscle car sigue presente y el motor V8 sigue vibrando como un ‘loco’.
Algún día este tipo de coches estará restringido para la mayoría de los mortales por el alto precio que alcanzará la gasolina. Hasta entonces, los Hellcat continuarán demostrando quién es el que manda en el segmento, siempre y cuando Ford y Chevrolet no crean ‘criaturas’ más radicales.