No es ningún caso aislado. Los fabricantes se compran los coches de la competencia para saber qué pueden mejorar respecto a los rivales. Esto ocurre en todos y cada uno de los segmentos en los que los fabricantes operan. Obviamente, cuanto más exigente es un nicho de mercado más se tiene que fijar uno en lo que ofrecen en resto de competidores.
Ahora se ha sabido que Porsche ha pillado por sorpresa a Honda haciendo lo que se conoce como benchmarking, es decir, testear los modelos que comparten público objetivo para afinar alguno de sus automóviles. Sabrás que Honda está ultimando la producción del superdeportivo de la marca, el NSX. Pues bien, ya se sabe cuál ha sido el modelo a batir para los japoneses, el 911 GT3.
Lo cierto es que no han elegido nada mal, se han ido directos a por la versión más agresiva de la gama, la más orientada al circuito. Han sido listos, ¿verdad?
Cómo descubrió Porsche al comprador misterioso mandado por Honda
Es muy sencillo, la compañía tan solo tenía que entregar el dinero a una persona anónima para comprar el coche, ni más ni menos. Entonces, ¿por qué les han pillado? He aquí la respuesta.
El año pasado la compañía mandó a revisión muchas de las unidades del GT3 lanzadas en un intervalo de tiempo determinado. Entre esas unidades estaba la comprada por Honda y que tenía como objetivo el estudio de su sistema de dirección, una de sus grandes cualidades en el desempeño en circuito.
En base a los resultados que el ordenador de a bordo había registrado desde que se puso a la venta el automóvil, dieron con la clave. Se pusieron a indagar y descubrieron que el propietario estaba muy ligado a la marca japonesa, quizás demasiado unido. Así pues, cuando se terminó la revisión decidieron dejar un mensaje sobre la tapa del motor. Decía así:
Buena suerte Honda, de parte de Porsche. Nos vemos al otro lado.
Por supuesto, las telemetrías ofrecían datos que corroboraban el uso del modelo en circuito, alcanzando una velocidad punta de 328 km/h, algo que vuelve a confirmar la teoría de que han exprimido todo el potencial del alemán.
Puedes imaginar la reacción de sorpresa de los ingenieros de la firma japonesa cuando abrieron el capó, ¿verdad? Esta anécdota no sirve más que para volver a justificar el por qué merece la pena tener tantas dudas a la hora de elegir si la versión Turbo en cualquiera de las dos modalidades o la GT3 RS es mejor.
Difícil elección pero teniendo en cuenta que para la producción del NSX se han fijado en la versión casi de circuito dice mucho del espíritu racing que guarda el futuro modelo traído directamente desde Hamamatsu, localidad que en la que tiene su base fiscal.
Posteriormente al descubrimiento también se ha sabido que los japoneses se han fijado en la deportividad que parte de la figura del McLaren MP4-12C, el summum de la compañía hasta la llegada del híbrido P1. Pese a que ya se han realizado las primeras pruebas con tráfico abierto, aún habrá que esperar para ver el modelo resultante, el cual aún es una incógnita en cuanto a muchas de sus prestaciones.