Renault ha sido una de esas marcas que ha dado directamente el salto a la energÃa eléctrica sin pasar por la hibridación, estrategia que sà que ha seguido Toyota desde mediados de la última década del siglo pasado. De esta forma, no se sabe si puertas hacia dentro disponen de ese know how necesario para hacer posible la hibridación con motores de gasolina y eléctricos trabajando conjuntamente.
En la actualidad, la colocación de motores hÃbridos en los superdeportivos aún no está de moda. Es verdad que los que más llaman la atención sà que lo incluyen. Tanto el Ferrari LaFerrari, como el McLaren P1 y el Porsche 918 Spyder, disponen de una combinación de fuerza extraÃda de un motor de combustión con uno eléctrico que aporta un plus de potencia adicional, pero aún asÃ, no es suficiente para decir que es algo estandarizado. Asà pues, hace poco más de dos meses, se dispararon los primeros rumores que apuntaban a la inclusión de variantes hÃbridas dentro de la gama Sport de Renault. El revuelo se montó tras las declaraciones que salieron de la boca del máximo dirigente de la división deportiva de la compañÃa, Patrice Ratti. Sin embargo, dos meses después ha cortado de raÃz todas esas rumorologÃas.
¿Qué es lo que ha encendido todas las alarmas en cuanto a la hibridación?
Ha sido el mismÃsimo Patrice Ratti quien ha tenido que salir al paso de las últimas informaciones acerca de la investigación de un potencial sistema de hibridación en los RS del futuro. Asà pues, ha dejado caer que no entra en los planes del grupo empresarial el empleo de esta tecnologÃa en la división, al menos por ahora. Sus palabras han sido las siguientes:
”El coste de la inversión es demasiado grande para justificar la hibridación en Renault Sport. Vendemos unos pocos miles de coches al año. Tal medida podrÃa implantarse si fuese parte de una estrategia hÃbrida más amplia dentro de la empresa”.
Asà pues, una conclusión se puede extraer de los planes estratégicos del fabricante francés. Ni en el corto plazo se espera una innovación orientada a ofrecer modelos RS hÃbridos ni tan siquiera en el resto de la gama Renault. De este modo, se puede esperar que continuarán ofreciendo una gama paralela que incorporará la tradicional posibilidad de escoger motorizaciones diesel y gasolina y la otra opción más ‘limpia’, optar por uno de los modelos eléctricos que actualmente oferta.
El principal problema de la hibridación es la alta inversión en I+D necesaria para una única lÃnea de negocio. Únicamente podrÃa salir adelante el proyecto si el volumen de ventas fuese mucho mayor que el que actualmente factura. Si fuese asÃ, las economÃas de escala podrÃan contribuir al desarrollo e implantación de esta tecnologÃa. Siendo sinceros, puede ser un caso particular, sÃ, pero no es que vea todos los dÃas Renault Megane RS Trophy como para que sea viable una inversión de estas caracterÃsticas. Más aún si se tiene en cuenta el grado de competencia al que se ve sometido por el posicionamientos de otros modelos de otros fabricantes.