A pesar de sus innumerables inconvenientes los SUV siguen triunfando y liderando las ventas mes tras mes desde hace varios años, aunque para algunos conductores como yo esto sea inexplicable. Su elevado centro de gravedad los hace más inseguros, incrementa las inercias y empeora el comportamiento en carretera en general, lo que junto con una mayor superficie aumenta la resistencia aerodinámica, lo que a su vez repercute negativamente en los consumos.
Un sinsentido a todas luces, pero parece que este tipo de vehículos son los más demandados por los conductores y los fabricantes están respondiendo a esta demanda.
Recordemos que las siglas SUV corresponden en inglés a Sport Utility Vehicle, algo así como vehículo todoterreno ligero. Este tipo de vehículos son un híbridos en los todoterreno clásicos y los turismos, aunque en la actualidad han evolucionado básicamente a turismos con carrocería elevada.
Aunque la mayoría de SUV se encuadran dentro del segmento generalista, cada vez más fabricantes de lujo se están uniendo a esta moda. El primero fue Porsche, que marcó el precedente con su Cayenne y ahora son otros como Rolls-Royce los que no quieren perder este jugoso tren. Según leemos en Worldcarfans, Törsten Müller-Ötvös, CEO de Rolls-Royce, afirma que ”definitivamente los SUV tienen sentido”.
Preguntado por si Rolls-Royce está trabajando en un nuevo modelo, Törsten Müller-Ötvös afirma que aún no tiene luz verde pero que están “trabajando en ello”. Al parecer la marca inglesa también ha preguntado a sus principales clientes y según palabras de Törsten, “todos piensan que es una idea fantástica”. Esto tiene sentido si tenemos en cuenta que el 90% de los dueños de un Rolls-Royce también tienen un Land Rover.
Como siempre nos gustaría conocer vuestra opinión. ¿Os gustaría ver un Rolls-Royce SUV? ¿Creéis que este tipo de vehículos tienen sentido?
Con todo el respeto del mundo, y dejando claro además que este tipo de coches no les veo sentido, esperemos que el SUV de Rolls no se parece en nada a la recreación que ilustra la entrada, porque no es que sea feo, es peor.