¿Qué hay detrás del color de un coche? Esta es una pregunta que puede interpretarse de diversas formas. El color de un coche dice mucho de la personalidad de la persona. Algunos estudios han determinado poder categorizar muchos aspectos psicológicos de alguien con tal de ver qué tipo de coche conduce y sobre todo, de qué color es.
Al fin y al cabo, los estudios ahí están y cada uno puede sacar sus propias conclusiones. Más allá del por qué de elegir un color u otro, ¿por qué y cuando deciden los fabricantes sacar un color determinado o no? Todos sabemos que hay coches que sí o sí deberían, casi de forma obligada, llevar incorporar una pintura determinada. Al igual que la gran mayoría de BMW M3 CSL son de color gris, muchos de los M3 ‘normales’ presentan un verde que a pocos modelos más les quedaría que ni pintado, dicho sea.
El color de un coche puede variar hasta la simple cotización en un futuro si se está hablando de un modelo edición limitada con una revalorización marcada. Para los fabricantes, la decisión de sacar al mercado un color u otro tampoco es una decisión que se tome de un segundo. Detrás de ello, hay horas y horas de combinaciones de colores para sacar al mercado un tono que tenga la misma dirección que la estrategia de la compañía. Así pues, ¿qué hay detrás de la paleta de colores de una compañía como Seat?
¿Cómo saca al mercado Seat una pintura nueva?
Poniendo de ejemplo el color rojo, si pusiésemos todas las tonalidades que ofrecen todos los fabricantes se vería como cada una es diferente de la anterior. Siempre hay una mínima diferencia que, sin embargo, es apreciable e identifica el tono con la compañía. Detrás de todo ello hay un trabajo minucioso que elabora cada una de las marcas con el objetivo de lograr una diferenciación. En todo ese proceso se tienen en cuenta muchas variables.
Según Jordi Font, responsable del departamento de Color&Trim de Seat, lo primero que se hace antes de comenzar con el proceso de elaboración de una pintura determinada es ver si tendría aceptación entre los consumidores. Obviamente, aquí se tiene en cuenta el target del modelo en concreto y a partir de ahí, qué perfil tiene el futuro cliente atendiendo un número determinado de variables como la edad, la tenencia de hijos o el estado civil.
Una vez que se ha escogido un color determinado, en el caso de la compañía española, se invierte una suma equivalente al coste de unos 1.000 litros de pintura. A partir de aquí, comienza un continuo sistema de pruebas que tiene como objetivo probar el color en multitud de situaciones. Testarlos ante el Sol y la sombra son algunos de los puntos clave para determinar la opción dentro de la paleta de colores.
Saber como aguantan las inclemencias del tiempo es otro de los factores que mayor peso tiene para saber si es idóneo ofrecerlo ante un futuro cliente. Hay que recordar que cada uno de los modelos que salen al mercado llevan varias capas de pintura con el objetivo de no perder el característico tono con el paso del tiempo.
Hace más de alguna década, el negro y el blanco eran los colores prioritarios en todas las compañías pese al mito del calentamiento interior por la mayor atracción de los rayos solares. Ahora se ha convertido en una de las decisiones más importantes a la hora de comprar un vehículo. Puede ser que, con tanta opción, ¡el quebradero de cabeza sea tal que se decida posponer la compra por no saber qué tonalidad escoger!