Si existe una marca en nuestro mercado automovilístico al que se le puede aplicar el dicho de “quién te ha visto y quién te ve”, esa es sin duda Skoda. Desde hace más de una década, modelos como el Skoda Fabia y el Skoda Octavia se han convertido en vehículos con un volumen de ventas más que aceptable que han posicionado a la marca checa como una de las grandes referencias a seguir en lo que a relación calidad-precio se refiere.
Una de las claves fundamentales que han propiciado este auge de Skoda, fue claramente el movimiento social y político conocido como La Revolución de Terciopelo de 1989, por el cual el Partido Comunista de Checoslovaquia perdió el monopolio del poder político en 1989. Ello trajo grandes cambios políticos y económicos a Checoslovaquia, y la mayoría de las industrias se privatizaron. En el caso de Skoda el gobierno decidió traer un socio fuerte proveniente del extranjero, y Volkswagen fue la elegida, incorporándose en abril de 1991 como la cuarta marca del grupo VAG.
La primera criatura engendrada por esta unión fue el Skoda Felicia, del que se cumplen 20 años del comienzo de su producción; 20 años que marcan el inicio de una época de crecimiento para Skoda.
Los primeros motores del Felicia eran bastante modestos. Originariamente sólo estaba disponible con una mecánica de gasolina de 1.289 c.c con 54 o 67 caballos de potencia, aunque un año después de su lanzamiento se añadió una nueva versión 1.6 con 74 caballos de potencia, así como una versión 1.9 diésel.
En ese mismo año, la familia Felicia creció con una versión familiar denominada Combi, ideal para quienes buscaban un coche con gran maletero sin tener que dejarse los bolsillos en el intento, así como una original y divertida versión pickup que en algunos mercados fue vendida bajo la nomenclatura de Volkswagen Caddy.
Pero además, el Felicia también hizo sus pinitos en el mundo de la competición internacional con el Felicia Kit Car, que entre 1995 y 1997 participó en los campeonatos del mundo de rally, siendo su mejor resultado el tercer lugar en la general en el Rally RAC británico en 1996, con Stig Blomqvist a los mandos.
Posteriormente, en el año 1998 el Felicia sufrió un ligero lavado de cara que fundamentalmente afectó a su parrilla frontal para hacerlo más acorde con el modelo que iniciaría de forma tangible el auge de Skoda: el Octavia.
Durante sus 7 años de vida, Skoda vendió 1.400.000 unidades del Felicia, de las cuales, la más popular fue la de carrocería hatchback con 915.853 unidades, por delante de la opción familiar, con 351.895 unidades, y del pickup, con un total de 124.589 unidades fabricadas.
Si bien es cierto que el Felicia tuvo que competir en nuestro mercados con modelos estéticamente más avanzados y modernos como el Fiat Punto, el Renault Clio o el Ford Fiesta, entre otros, el Skoda Felicia tuvo una aceptación digna que, si bien estuvo a años luz del posterior éxito que ha obtenido su sucesor, si asentó los cimientos para que Skoda se haya convertido en una alternativa a tener en cuenta para aquellos que buscan adquirir un vehículo nuevo con un carácter eminentemente práctico.