No importa cómo de fuerte le pidan los aficionados a Subaru una versión más potente del BRZ, a poder ser turboalimentada. Pero ni Subaru ni Toyota parecen interesados en sacar versiones más radicales de sus asequibles deportivos.
Así pues, aunque el BRZ goza de un manejo extraordinario y unas cualidades dinámicas a la altura de modelos más caros como el Cayman, su modesto motor atmosférico de 200 caballos no está a la altura de su excelente puesta a punto, cuyo chasis pide más potencia.
Sin embargo, nos llegan oídas de Car&Driver, donde aseguran que Subaru está trabajando en una edición especial del BRZ para el mercado norteamericano, pero que se limitará a un kit de carrocería deportivo, con paragolpes más agresivos o un alerón especial, que probablemente vestiría bajo el emblema de STI, cosa que aún no está tan clara si no monta un motor más potente.
Es extraño que los japoneses no se atrevan a lanzar una versión más prestacional de este deportivo, en el que ni siquiera tendrían que cambiar el motor, pudiendo añadirle un turbocompresor al mismo bloque o hacer una reprogramación electrónica para sacar algunos caballos más del bóxer de 2 litros.
Tampoco sería una locura en pensar en una edición deportiva para el Toyota GT86 que se vende en España, aunque nos extrañaría ver algo así considerando la poca popularidad de la que goza este modelo en nuestro territorio, a pesar de ser una opción tan buena y equilibrada como el Mazda MX-5, de los que sí se dejan ver alguno más.
De hecho, es un deportivo tan redondo, que entra dentro de la lista de coches que yo me compraría. Al fin y al cabo es un deportivo de verdad, hecho para divertirse, y que a pesar de no tener tantos caballos como a algunos les gustaría, a personajes tan exigentes como a Jeremy Clarkson le encantó.