Al igual que ocurre con los coches convencionales, los eléctricos reducen su autonomía conforme más se pisa el acelerador. Esto, unido al histórico mal que les caracteriza, provoca que las aceleraciones y velocidades que registran por encima de los topes legales se cuenten con los dedos de una mano. Sin embargo, ¿quién ha dicho que no son capaces de conseguir marcas que bien podrían registrar los coches de carreras con motorizaciones de combustión?
Podría pensarse y de hecho, mucha gente lo cree así, que los coches eléctricos son simples electrodomésticos que te mueven de un punto A a un punto B. Sí que es verdad que estas habladurías están teniendo cada vez un menor número de adeptos. Empresas como Tesla o la innovación llevada a cabo por las marcas convencionales en el campo de energías alternativas ha provocado una mejora sustancial de la percepción de los consumidores en relación a estos automóviles. Es más, algún que otro dato de Porsche te sorprendería en relación a los coches que se enchufan a la red eléctrica.
La pista de Bonneville es precisamente el lugar donde el Venturi Buckeye Bullet 3, que es así como se llama esta criatura, tuvo la suerte de poder conseguir el récord guiness de velocidad. Nada más y nada menos que 386 km/h fueron los que bastaron para fijar un nuevo registro. Sin embargo, es capaz de rodar a velocidad mucho más alta pero dadas las condiciones meteorológicas no pudo ser posible llegar al punto máximo de este vehículo traído del futuro. Pese a todo ello, ¿qué es lo que lo hace tan especial?
¿Qué es el proyecto VBB-3?
Este vehículo llama la atención por su peculiar diseño. Se compone principalmente de un ‘morro’ larguísimo que sirve para albergar en su interior un increíble motor que desarrolla más de 3.000 CV de potencia. Además posee una especie de aleta dorsal que sirve para mejorar la maniobrabilidad del coche y evitar que se produzcan traqueteos que supongan una fuente de riesgo para el piloto. Pese a tener una estructura grande, únicamente es aprovechable una única plaza, por lo que este monoplaza no ofrece, obviamente, ninguna clase de privilegios.
Este proyecto comenzó con una idea clara, crear un automóvil capaz de generar tal potencia que le permitiese alcanzar velocidades nunca antes registradas anteriormente. Y vaya si ha tenido éxito porque estamos ante un vehículo capaz de rodar a unos 700 km/h aproximadamente, mucho más que lo registrado por un modelo de calle. Es lógico pensar que podría ser rápido, teniendo en cuenta la ligereza del chasis, combinado con un motor que se cuenta por una gran cantidad de baterías de la mejor tecnología y un coeficiente aerodinámico muy bajo.
Este proyecto no permitirá, a diferencia de lo que sí que aportan competiciones como la Formula 1, novedades importantes que tengan un impacto serio en la industria de los vehículos alternativos. Sin embargo, siempre será emocionante ver como sí que se consiguen alcanzar las metas propuestas al inicio de presupuestar un plan de producción tan específico.